Tras servir como asambleísta estatal del estado de Nueva York en la ciudad capital de Albany durante 16 calendarios, en el 1990 fue juramentado en la Cámara de Representantes en Washington, DC, el nativo de Mayagüez, Puerto Rico, José E. Serrano.
Reconociendo que el mal de Parkinson le ataca, este pasado 25 de marzo, dio a conocer que tras cumplir su misión en representación del Condado del Bronx se retirará en el 2020.
Mi hermandad con José E. Serrano data desde mi primera temporada con los Texas Rangers en el 1992. Ambos sabíamos de nuestras respectivas vidas públicas desde un par de décadas antes, sin embargo no nos habíamos conocido.
El 28 de marzo del 1950, habiendo experimentado unos siete «Happy Birthdays,» con su familia arribo a la ciudad de Nueva York.
Recientemente manifestó, «Haber salido de Mayagüez hacia los hogares Mill Brook, hacia el mayor escenario gubernamental del gobierno del Estado de Nueva York y a los pasillos del Congreso en Washington, DC, es verdaderamente un sueño hecho realidad. Me honra que la ciudadanía haya depositado su confianza en mí.»
El béisbol de Grandes Ligas siempre ha sido de mucha importancia en su vida, pues José E. Serrano es un fanático ‘fiebru’ del juego y además orgulloso de sus Yankees de Nueva York, cuyo histórico hogar está enclavado en el Bronx, condado que él representa.
El «Joe» Serrano que conozco va mucho más allá de su respetada política demócrata liberal. Es un ser humano repleto de inteligentes pensamientos. Se identifica con todas las razas, idiomas, culturas y filosofías. Él es un hombre del Mundo y como tal una persona feliz.
Entre sus entretenimientos se encuentran la música de Frank Sinatra, Tony Bennett, Bobby Darin en el idioma de Shakespeare y en el de Cervantes la de Marco Antonio Muñiz, José José, Los Panchos, Los Tres Ases y su compueblano Chucho Avellanet. Su colección musical cuenta con miles de discos de larga duración, cassettes y CDs.
En varias visitas a su nítidamente organizada oficina en el Capitolio de los Estados Unidos hemos visto una sección con toques del Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, Nueva York.
Llevo décadas sufriendo por mi gente en Puerto Rico y su rumbo como isla…algo así como una nave sin rumbo…¡una nave sin puerto! En gran parte pienso que ese futuro incierto se debe, no a todos, pero a muchos políticos que no tienen el tesón colectivo de buscar lo mejor para su gente.
José E. Serrano, a parte de nuestra relación, ha tenido más amor por nuestra Isla que muchos políticos en esa tierra de raíces Tainas. Ha abogado por nuestra gente mucho más que la gran mayoría de los líderes Boricuas que se las dan de patriotas.
En José E. Serrano, fanático superlativo de por vida de, entre otros, Roberto Clemente, Juan «Igor» González, Iban Rodríguez, Bernie Williams, Roberto Alomar y Mariano Rivera, hemos conocido un genuino servidor público que siempre ha abogado por los marginalizados en la sociedad que, como él dice, » Necesitan justicia social y una voz que les represente.»
Para este servidor….José E. Serrano….es un gigante que camina entre nosotros representando la valía colectiva, en cualquier lugar del Mundo, de las contribuciones de América Latina a la humanidad.
Camina…respetado hermano «Joe»….abriendo paso para futuras generaciones. Dios camina a tu lado y lo veo con su brazo derecho sobre tus hombros.
