Pedrín Zorrila, el Cangrejo Mayor
En 1938, se fundó la Liga de Béisbol Semiprofesional de Puerto Rico, compuesta por seis novenas, todas ellas en las ciudades más grandes: San Juan, Ponce, Mayagüez, Guayama, Humacao y Caguas. Semana tras semana, miles de fanáticos se daban cita para disfrutar de un béisbol organizado y de alto calibre, cuyo epílogo vio a los Brujos de Guayama conquistar el gallardete.
Fue tal el éxito de esa temporada inicial, que Pedrín vio una oportunidad para solicitar una franquicia para la zona de Santurce. Aunque la capital ya estaba representada por San Juan, Pedrín entendía que el área metropolitana tenía la suficiente población para soportar dos franquicias. Además, aunque Pedrín era de Manatí, había echado raíces en Santurce porque pasaba mucho de su tiempo ahí, bien sea en el negocio de su padre o cursando estudios en la Central High School.
De igual forma, varios deportistas de Aguadilla solicitaron una franquicia para esa ciudad. Pedrín se movió rápidamente y formó un grupo de trabajo compuesto por amigos cercanos como Rafael Muñiz, Mike Pasarell, Juan Enrique Dávila, Héctor Nevárez, Juan Antonio Palerm, Luis R. Torres, Fernando Arce, Heriberto “Don Guindo” Rodríguez de Arellano y Francisco “Panchicú” Toste. Los deportistas se reunían frecuentemente para trazar un plan que los llevara a conseguir su anhelada meta.
La Junta de Directores de la Liga de Béisbol se reunió el domingo 23 de julio de 1939, primeramente para elegir un nuevo presidente y en segundo lugar, para ver las solicitudes de Santurce y Aguadilla para incorporarse a la Liga.
Carlos García de la Noceda salió electo como nuevo Presidente, sustituyendo a Teófilo Maldonado. Inmediatamente comenzaron los trabajos para ver si era factible que hubiese una expansión de dos equipos. La Liga aprobó una resolución denegando ambas franquicias porque entendía que no veía oportunidad para que los dos equipos consiguieran peloteros adecuados que les permitiera tener una organización completa y que pudiera competir con las otras seis ya organizadas. Era el mes de julio y el torneo estaba programado para iniciar en octubre.
La noticia no cayó bien entre la fanaticada del béisbol y menos en los dos grupos de trabajo que buscaban las franquicias. Las críticas se hicieron sentir y los medios de comunicación comenzaron a ejercer presión para que la Liga reconsiderara su decisión. Teniendo la opinión pública a su favor, Santurce y Aguadilla solicitaron una reconsideración.
Para calmar los ánimos y lucir como que estaban en posición de escuchar nuevamente los planteamientos de ambas organizaciones, los directivos de la Liga fijaron una reunión para el 29 de julio, esta vez fuera del Área Metropolitana. El lugar seleccionado fue el Bar Montañez, ubicado en Cayey.
Surgió un elemento sorpresa porque un grupo de deportistas de Cayey también solicitó que los escucharan porque querían solicitar una franquicia para ese pueblo. Ya no eran dos, sino tres franquicias.
La audiencia comenzó por la tarde y se extendió hasta la madrugada del siguiente día. Luego de intensos interrogatorios, la Liga aprobó las franquicias Santurce y Aguadilla y denegaron la de Cayey porque carecían de un buen estadio. A ambas novenas se les impuso una serie de condiciones. La resolución aprobada especificaba que tendrían que responder a los equipos que los visitaran con $350 por juego. Esto servía de garantía para cubrir los gastos en caso de que la asistencia fuera pobre. Además, estarían en un periodo probatorio de un año, en que la Liga podía anular ambas franquicias si no presentaban un conjunto de calidad. Dos condiciones sumamente difíciles que ninguna de las seis franquicias originales tuvo que pasar. Estaban obligados a lucir bien y tener seguros $350 por juego, lo que representaba $700 dólares por día porque siempre se celebraban dos juegos. Las dos organizaciones aceptaron los términos y de inmediato se dieron a la tarea de contratar los peloteros.
Y fue así como hace 85 años, nació uno de los equipos más emblemáticos del Caribe.
Información extraida del libro, Pedrin Zorrilla, El Cangrejo Mayor, publicado en 2011 de mi autoría.