En Ponce, Puerto Rico, nació el 4 de junio del 1940. En Grandes Ligas militó cinco temporadas con los Expos de Montreal (1969-1973) y en el béisbol invernal Boricua jugó durante 17 jornadas con Ponce, San Juan, Caguas y Mayagüez.
En el plano personal, el primo de dos eficientes peloteros boricuas (Ángel «Cookie» y Pepe Mangual), ha sido para este servidor un correcto y amable caballero. Su comportamiento como profesional siempre fue digno de admiración y jugo con entrega total entre la líneas de cal.
Se convirtió en profesional gracias a las diligencias del inmortal propietario de los Cangrejeros de Santurce y buscatalentos de los Gigantes de Nueva York ( desde 1958 de San Francisco), Pedrin Zorrilla….vía el también legendario americano-cubano, Alex Pompez en el 1959.
Básicamente, Coco, fue defensor de la tercera y segunda base. En las Ligas Menores, durante 12 temporadas, participó en 1,245 juegos en las organizaciones de San Francisco, San Luis y Montreal. Acumulo buenas estadísticas con promedio ofensivo de .294, 251 dobles, 29 triples y 138 jonrones. De sus 1254 imparables, 418 fueron de extra bases (33%).
Debutó Coco en las Mayores el 8 de abril en el 1969, jugando con Montreal frente a los Mets de Nueva York en victoria de su equipo 11 por 0. En cinco turnos ofensivos el bateador derecho logró un imparable y empujo 3 anotaciones.
Se convirtió así Coco en el pelotero número 10,379 en ver acción en el Mejor Béisbol del Mundo.
Durante esa jornada, en 157 de 162 juegos en el itinerario, Coco bateó .258 con 18 jonrones y 83 impulsadas. Por dicha labor el prestigioso semanario «The Sporting News» lo seleccionó el novato más sobresaliente en la Liga Nacional.
En las Mayores vio acción en 420 juegos bateando .233 en su historial, pues como dicta la historia su carrera se limitó marcadamente por una lesión.
Su último juego en Grandes Ligas fue el miércoles, 16 de mayo del 1973, en Montreal versus los Mets de Nueva York. En la parte baja de la novena entrada, frente al relevista zurdo Tug McGraw, fue fusilado de campo corto a primera base. Fue el último «out» del encuentro ganado por los Mets 8 carreras por 3.
Si…así fue….una lesión en la rodilla derecha en el juego inaugural de la jornada invernal Boricua 1971-72, luciendo el uniforme de los Criollos de Caguas, marco el inicio del final de su carrera. En aquellos tiempos no existían los adelantos médicos para reparar o sanar lesiones de esa índole, lamentablemente.
En Ponce, recientemente, me encontré con Coco Laboy y su distinguida esposa, Irma Rodríguez-Batiz. Con 78 calendarios vividos…luce muy, muy bien y su espíritu noble y el mío se alegraron mutuamente. Una vez más…ese acontecer probó que mi teoria es válida: Amistades cimentadas por Dios jamás pierden sus valores…sus esencias. No veía a mi hermano Coco, hacía tal vez casi cuatro décadas…¡pero cuando nos encontramos fue como si nos hubiésemos visto ayer!
El apodo de Coco…fue muy querido por fanáticos beisboleros donde quiera que jugó. Esporádicamente, en alguna ciudad, en algún estadio de pelota en Grandes Ligas el apodo de Coco salía a relucir en conversaciones donde este servidor se encontraba.
Para mi Coco Laboy ha sido un crédito a la humanidad, al béisbol…un crédito para Ponce y Puerto Rico.
Nuestra Isla necesita hombres como el en la búsqueda de mejores mañanas para nuestra juventud y ciudadanía en general. Por su hermandad….a Dios le doy las gracias.
Corría en el calendario…noviembre 1959. Me encontraba de pasada en la Isla con mis padres luego de vivir en Panamá. Mi tío…por quien me bautizaron con su primer nombre…era amigo de Pepito Rivera (propietario de los Senadores de San Juan) y me llevo a un juego contra Ponce en el Parque Sixto Escobar.
Jamás olvido que Coco (jugando con Ponce) y Roberto Clemente (jugando con San Juan) conectaron jonrones en ese juego. Toda esa acción esta tatuada en mi mente. Y tatuado en mi mente…en lugar de preferencia…siempre ha estado Coco Laboy…un crédito como pelotero y persona…un Orgullo Boricua Genuino.
¡Que lo pases bien bonito toda tu vida en unión a tus seres queridos!