Orlando Cepeda recuerda a José A. Pagán

Desde su hogar en las afueras de San Francisco, California, nos comentó vía celular, Orlando Cepeda, hace un par de días, “José Antonio Pagan fue tremendo pelotero con gran disciplina para con su profesión.

“Fue mi hermano desde que nos conocimos allá para el 1954, cuando él jugaba con Manatí en la “AA”, máxima clasificación aficionada, en Puerto Rico y yo con el “Metal Beds” de Santurce durante un juego de exhibición en Vega Baja.”

Pedrín Zorrilla, el legendario hombre de beisbol de Puerto Rico, firmo a José y a Orlando para su equipo, los Cangrejeros de Santurce en la Liga Invernal de Puerto Rico, y fue instrumental para la firma de ambos con los Gigantes de Nueva York antes de comenzar la acción de Ligas Menores en el 1955 en los Estados Unidos.

Continuo Orlando, “Desde entonces siempre fuimos amigos…hermanos. En mi mente vive como un ser especial, servicial, humilde y cómico. Tenía muchas ocurrencias que aliviaban las presiones de personas…más las presiones en las vidas difíciles de peloteros.

José Pagán al principio de su carrera con los Gigantes de San Francisco.

“Cuando él llega a los Gigantes de San Francisco (4 de agosto en el 1959) ya yo estaba en mi segunda temporada en las Mayores y en lo que se estableció con el equipo y en la ciudad vivió en mi casa. Y eso fue buenos para ambos.”

Entonces, Orlando recordó, “En el 1959 y en el 1960, José vio poca acción con los Gigantes, pues estaba en un proceso de desarrollo y adaptación y paso la gran parte de esas temporadas en las Ligas Menores.

“Sin embargo, entre el 1961 y el 1965 (cuando fue cambiado a Pittsburgh) …José para mí y para muchos fue de los mejores jardineros cortos en las Mayores…muy respetado por los Gigantes y peloteros contrarios.

“José siempre llegaba bien temprano al parque…en o fuera de San Francisco…a practicar y practicar. Él era muy, muy consistente en su rutina antes del juego.»

“Como bateador era uno más bien de contacto que se ponchaba muy poco. En momentos claves de los juegos (el “clutch”) se crecía con facilidad. Además, sabia correr las bases y cuando habia que robarse una base lo hacía. Willie Mays y yo admirábamos a José…pues, entre otras cosas, si estábamos en rachas malas en el bateo…muchas veces él se crecía con su juego…siempre buscaba la manera de ayudar al equipo.»

“A todo esto, José era cómico…era jocoso y eso siempre es bueno en la “cultura” de un equipo en las Grandes Ligas dadas las presiones que los peloteros tienen que enfrentar a diario.»

“Recuerdo que un día estábamos jugando conta Cincinnati y un buen “pitcher” de ellos, el zurdo Jim O’Toole, me hizo un lanzamiento adentro y logre hacer contacto con la bola con el mango de bate y salió un “bombito” al “catcher” y José me gritó: «Pedro, que bien le diste a esa bola.»  A ambos, nos dio un ataque de risas en el terreno de juego. Eso jamás lo olvido.”

Durante la Serie Mundial 1962…entre los Yankees de Nueva York que vencieron a los Gigantes, recordó Orlando, “Fue una serie muy cerrada y perdimos en siete juegos. Pero dentro de todo me sentí muy contento pues José gano el título de bateo de la Serie con promedio de .368…ese fue un gran logro. Y no olvido que, en el 1971, cuando Pittsburgh ganó la Serie Mundial frente a Baltimore…la gran Serie Mundial de mi hermano Roberto Clemente…José conecto el “hit de oro” para ganar en el último juego…el decisivo.”

Antes de concluir nuestra charla hablamos del fildeo de José y le recordé que vio acción en 1136 juegos defensivamente en su carrera. En un juego estuvo en la receptoría…en nueve en la primera base…en 14 en la segunda base…en 359 en la tercera base…en 662 en el campo corto y en unos 91 en los jardines logrando un muy aceptable promedio de .960 en su carrera con el guante en la mano.

Al respecto, comentó Orlando, “Desde que fue cambiado por los Gigantes en el 1965…José le probó al mundo del beisbol la importancia de lo que es, aun mas en el presente, ser un estelar jugador suplente (como dice este servidor un jugador suplente de lujo). Eso le permitió alargar su carrera en las Mayores.“

Durante 15 temporadas (1959-1973) en 1326 juegos con San Francisco, Pittsburgh y Philadelphia…José acumulo promedio ofensivo de .250 con 52 jonrones y 372 carreras impulsadas. No fue una “superestrella” …pero fue un baluarte muy, muy digno de ser respetado y admirado por su entrega total y por enaltecer a Puerto Rico y la América Latina.

En Puerto Rico, Pagán fue seleccionado uno de los mejores 75 peloteros de la Liga de Béisbol Profesional.  Igualmente tuvo una exitosa carrera como dirigente ganando dos campeonatos y una Serie del Caribe. Les incluyo enlace con su récord. https://beisbol101.com/jose-a-pagan/

Se me ha informado que José Antonio Pagan, su esposa Delia e hijos (Monchi y Tonito) se mudaron de Puerto Rico a Sebring, Florida, allá para el 1999.

Víctima de “Demencia Corporal Lewy”, a sus 76 anualidades y 33 días de vida, falleció José en Sebring el martes, 7 de junio en el 2011.  Sus restos reposan en el Cementerio Lakewood Memorial Gardens en Avon Park, Florida, a unas 149 millas al noroeste de Miami.

Finalizando nuestra charla, recordó Orlando de momento, “Sabes…José nunca me llamó por mi nombre Orlando…no me llamó “Peruchin” …el me llamaba Pedro.”

Entonces su timbre de voz reflejo tristeza, nostalgia.. con toques de alegría.

¡De mi parte, Dios bendiga el alma de José Antonio Pagan y Dios bendiga a Orlando Cepeda!

(NOTA—En el plano personal, tuve el honor de conocer José Antonio y su esposa, Delia, en diciembre del 1962, gracias a mis “segundos padres” …el lanzador Julio Navarro y su esposa Haydee, en visita a su hogar en la Urbanización Villa Blanca en Caguas, Puerto Rico. Amistad esa que aun late en mi memoria hasta el presente. Contaba este servidor con 16 anualidades de vida y aún conservo una vieja foto que José Antonio tuvo la gentileza de autografiar aquel día).

(FOTOS)—A la izquierda, foto que José Antonio Pagan le dedicó al autor Luis Rodríguez-Mayoral en diciembre del 1962 y a la derecha, Orlando Cepeda con la ciudad de San Francisco al fondo. ¡Ciudad que conquistaron José Antonio Pagan y el propio Orlando durante sus días gloriosos con los Gigantes! (Foto a la derecha de la colección de Orlando Cepeda.)

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