José «Cheo “Cruz recuerda a J. R. Richard

En un hospital de Houston, Texas, falleció ayer, 5 de agosto, el otrora gran lanzador de los Astros de Houston, J.R. Richard. Se informa que pasó a mejor vida padeciendo del “Covid-19”. Contaba con 71 anualidades de vida.

Nacido en Vienna, Luisiana, a unas 257 millas al este de Dallas, Texas, el lanzador derecho debuto con los Astros frente a los Gigantes de San Francisco, el 5 de septiembre en el 1971, en victoria de su equipo 5 carreras por 3.

Se puede decir que, prácticamente, a partir de su debut, el mundo beisbolero supo que a dicho nivel había arribado un “espécimen” muy especial. Media 6 pies con 8 pulgadas y pesaba unas 225 libras.

¡En su debut lanzó 9 entradas…permitió 7 imparables…y le anotaron 3 carreras mientras ponchaba a 15 contrarios!

En ese juego con los Gigantes, el Boricua jardinero central nacido en Bayamón, “Jimmy” Rosario, se fue en blanco en 3 turnos y se ponchó en una oportunidad.

Durante su estadía en las Grandes Ligas con Houston (1971-1980) vio acción en 238 juegos…ganando 107 frente a 71 derrotas. En total lanzo 1606 entradas en las cuales propino 1493 ponches y logro tirar 19 juegos sin permitir anotaciones. Su promedio de carreras limpias permitidas por cada 9 entradas lanzadas fue un muy positivo 3.15.

Calculo haberle visto lanzar en persona unas 8 a 10 veces. Y hasta el día de hoy jamás olvido su “impactante” figura en el montículo y lo duro que tiraba. Su presencia intimidaba a los bateadores y sus “pitcheos” eran algo como bien devastadores.

Entre el 1976 y el 1979, Richard ganó por lo menos 18 juegos por temporada. En el 1978 poncho a 303 contrarios y en el 1979 dejó a 313 con etiquetas de ponchados para la historia.

Entonces llego la jornada del 1980…habiendo ya acumulado 10 triunfos frente a 4 derrotas con efectividad de 1.90 en carreras limpias permitidas por cada 9 entradas lanzadas, fue elevado al equipo representativo en el “Juego de Estrellas” por la Liga Nacional.

De pronto, un día sorpresivamente, se quejó de que su brazo derecho estaba “muerto” …entumecido…cansado. Ya ubicado en la lista de lesionados el 30 de julio, tras hacerse tiradas con un pelotero colega le dio un ataque al corazón que requirió una intervención quirúrgica de emergencia. Hasta el 1984, intento regresar al juego. Sin embargo, eso jamás aconteció. ¡Nunca más lanzó en las Grandes Ligas!

Con un golpe del destino como el que confrontó, Richard tuvo problemáticas adaptándose a su “nueva vida”. Y por falta de experiencias, siendo asesorado incorrectamente, el hombre perdió todo su capital. Al extremo que a mediados de la década de los 1990, su “residencia” estaba localizada debajo de un puente en la periferia de Houston.

Al pasar el tiempo, Richard encontró mejores días e inclusive se convirtió en un ministro cristiano. ¡Encontró a Dios y su misericordia!

Un Boricua que fue su “hermano” …que lo conoció muy bien y jamás le olvidó…fue José “Cheo’ Cruz.  Con “Cheo”, precisamente, hable hace un par de horas. Se encontraba en al “malecón de Arroyo”, su pueblo natal y recordó, “Yo llegué a Houston en el 1975 y jugué con J.R. Richard unas seis temporadas.  Primero te digo que como lanzador estaba fuera de serie. Para aquel entonces ya yo había jugado con Bob Gibson en San Luis…le había bateado de Tom Seaver de los Mets de Nueva York…ellos eran clase a parte y ambos llegaron al Salón de la Fama. Pero cuando vi la clase de lanzador que era J.R., en mi mente lo puse en el mismo nivel.  Él era un lanzador de tres lanzamientos básicos…la recta de unas 100 millas por hora, una curva bien, bien buena y un “slider” (deslizadora) que tiraba a 93. Con esos “picheos” dominaba y su físico en el montículo le metía miedo a los bateadores.   Cada vez que el salía a lanzar como que me daba una alegría especial pues él fue un “guerrero” en el montículo. Dominaba tanto cuando estaba en su punto, yo pensaba, que ese día no tendría muchos batazos viniendo hacia mí en los jardines.

Richard y Cruz fueron grandes amigos. Son muchos los recuerdos buenos que tiene Cruz sobre el estelar serpentinero.  «En el plano personal fue como un hermano … siempre me trató bien…era muy sincero y jamás olvido las tardes en Florida durante los entrenamientos de primavera que nos íbamos a lagos cercanos a pescar por horas.  Jamás olvidaré que en el 2019 fuimos exaltados al Salón de la Fama de los Astros.  Regresaré a Houston (donde reside oficialmente) en los próximos días. Para mi ha muerto un hermano …un gran ser humano. Tan pronto este en Houston le daré mi pésame a su esposa e hijos.”

¡Que descanse en paz!

(FOTOS)—–En tiempos recientes, a la izquierda J.R. Richard y su “hermano”, el glorioso pelotero boricua José “Cheo” Cruz. (Crédito para las fotos: Wikipedia).

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