José «Chevel» Guzmán: Excelente ejemplo como lanzador que fue en MLB y como hombre representativo de decencia puertorriqueña

Con orgullo, en su voz pacifica pero firme, lo he escuchado decir, «Soy de la Playa en Santa Isabel, Puerto Rico.» Allí nació José «Chevel» Guzmán el 9 de abril en el 1963. En unión al otrora estelar receptor de Grandes Ligas, Benito Santiago, son ellos la mejor exportación Boricua para con el mundo beisbolero de dicho simpático pueblo.

En conversación reciente, desde su hogar hace tiempo en la periferia de Arlington-Dallas, Texas, recordó el otrora lanzador derecho, «Soy producto de las Pequeñas Ligas y la Liga Palomino en mi pueblo. Además jugué AA Juvenil con Aibonito».

«A la edad de los 17 fui invitado a una sesión de pruebas de los Rangers de Ponce bajo la dirección de Orlando Gómez (uno de los hombres de béisbol más completos en la historia de la Isla). Ali estuvieron Joe Klein (gerente general del equipo) y Joe Thomas (genuino analista y conocedor del béisbol). Así fue que llegue al equipo de Texas.»

Recordando su juventud, continuo, «Cuando niño pasaba horas lanzándole a una pared cerca de casa y en mi mente lanzaba 9 entradas. Ganaba todos los juegos.

«Las bolas que usaba eran hechas de vasos cubiertos con ‘tape’, de goma o de la marca Spalding. En mi mente me enfrentaba a dos de mis peloteros favoritos…Rod Carew y Reggie Jakcson…y siempre los dominaba».

Todo ese sin saber que días después de su debut en las Mayores, el 15 de septiembre durante la jornada del 1985, se enfrentaría a ellos en Anaheim, California. Carew de bateo de 5-1 y Reggie de 5-2.

Entre 1981-1996, Chevel militó en las Ligas Menores en las clasificaciones Novatos-A-AA-AAA. Sus participaciones fueron espaciadas entre su tiempo en las Mayores.

En total gano 40 juegos en las Menores, acumulo efectividad buena de 3.74 carreras limpias permitidas por cada 9 entradas lanzadas mientras ponchaba a 468 contrarios en 686 episodios.

Sobre su elenco de lanzamientos, recordó, «Fui, básicamente, un lanzador de cuatro ‘picheos’……la recta, el slider (deslizadora), la curva y el cambio de velocidad. Pero el mejor que trabajo para mí fue el ‘slider’. Así me gané la vida desde el montículo».

Habló también, Chevel, sobre su adaptación al sistema de vida en los Estados Unidos, «No fue fácil. Comunicarme en ingles fue lo más difícil y me tomo una tres temporadas para sentirme un tanto cómodo. Sin embargo, en mi mente tenía que confrontar todo lo que la vida me presentara, pues lo mío era llegar a las Grandes Ligas. Y con Dios en mente lo logre.»

Recordó la fecha de su debut en las Mayores, «Fue el 10 de septiembre de la temporada 1985 frente a Oakland y perdí el juego».

Luego, el 21 de septiembre, vencí a Seattle (7 carreras por 3) tirando 6 entradas, sin permitir anotaciones, pochando a 3 y permitiendo 4 ‘hits’. Inolvidable fue ese mi primer triunfo en las Mayores».

En el 1989, una lesión seria tuvo que afrontar, «Fue una dolencia en un tendón en el brazo de lanzar y fue operado por el Dr. Frank Jobe el 6 de junio, en California.

«Eso me mantuvo fuera de acción durante dos temporadas en las Mayores y cuando regrese en el 1991, gane 13 juegos y perdí 7. Así, sin saberlo de inmediato, me convertí en el primer lanzador en la historia de las Mayores en obtener 10 victorias luego de estar fuera de acción durante dos jornadas. Esa labor, además, me permitió recibir el Premio Comeback (Retorno) de la Temporada 1991 en Grandes Ligas».

«Luego de esa temporada 1992 me convertí en agente libre y firme con los Cachorros de Chicago. El 6 de abril, de la próxima jornada vencimos a Atlanta, 1 carrera por 0, en el Wrigley Field y perdí el juego ‘sin hits-sin carreras» en la novena entrada con dos «outs» cuando Otis Nixon me conecto un sencillo. Nada….así es la vida».

En el 1993 ganó 12 juegos y perdió 10 con los Cachorros.

En el 1994 sufrió la rotura del labro en su hombro derecho y fue operado por el Dr. Schaffer (de los Cachorros) y dicha intervención fue exactamente el mismo día, 6 de junio—la misma fecha en la cual fue operado por el Dr. Jobe en el 1989.

La gerencia de los Cachorros optó por dejar libre a Chevel, quien lanzó su último juego en Grandes Ligas el 23 de mayo de la temporada 1994.

Haciendo historia en la mente de este que escribe, la Universidad de Harvard…el viernes 24 de abril del 1992, nos invitó a dar una conferencia sobre la historia de la Ámerica Latina en el bÉisbol de Grandes Ligas y por vez primera un equipo en esa pelota grande (Rangers de Texas) fue honrado por esa entidad de renombre mundial.

Recuerdo que entre otros nos acompañaban Juan «Igor» Gonzalez, Iván Rodríguez, Dickie Thon, Rafael Palmeiro. John Cangelosi, el entrenador Ray Ramirez y el «Orgullo de Santa Isabel»…Jose ‘Chevel’ Guzman.

Al respecto manifestó Chevel: «Jamás me olvidaré de esa visita. Es algo de lo cual me sentiré orgulloso toda la vida. Aún guardo el pergamino que me entregaron…para mi esa visita a Harvard es algo muy importante en mi vida. Son pocos los que viven esa experiencia». La actividad fue coordinada por el lider Boricua y veterano hombre de los medios, Jose Masso.

Desde su retiro, Chevel Guzmán ha residido en Texas y visita a Puerto Rico esporádicamente. Acá en los Estados Unidos residen, además, su hijos ya adultos, Alberto, Andrew y Matthew. Durante las últimas 15 temporadas forma parte de elenco de las narraciones radiales en español de los Rangers y hace presentaciones especiales a nombre de la novena en cuestiones de relaciones públicas y comunitarias.

Sin embargo, tiene una misión personal muy importante honrando la memoria de su adorada madre, María Mirabal, fallecida hace poco más de una década víctima de Alzheimer.

Comentó, «Así es y lo hago con amor y entrega total. Estoy a cargo de la Fundación Guzmán 23 en honor a mi madre. Anualmente cada mes de octubre, celebramos un gran torneo de golf para recaudar fondos».

«Con los recaudos ayudamos a pacientes de bajos recursos con por ejemplo, transportación a citas, con gastos personales, con el cuido por la organización «Visiting Angels» y otras necesidades».

«Muchas veces, a la hora que sea, me monto en el carro y les busco sus medicinas o les llevo de comer. Lo hago con Dios en mente y como madre, también».

Así es José «Chevel» Guzmán. Hombre que militó ocho temporadas en «El Mejor Béisbol del Mundo» con los Rangers de Texas y Cachorros de Chicago ganando 80 partidos y perdiendo 74. En el béisbol invernal Boricua milito con un solo equipo y en la charla manifestó con orgullo, ‘Soy Indio de Mayagüez de por vida».

No nos vemos a menudo, pero cuando hablamos brotan el respeto mutuo y solidas vibras de hermandad.

Sobre su futuro, expresó, «Amo a mi Puerto Rico, pero mi esposa Kristina y yo estamos planeando en el futuro cercano mudarnos hacia el campo más hacia sur aquí en Texas donde disfrutemos más de la naturaleza».

Chevel…hermano…para ti y tu gente linda los mejores deseos. ¡Dios vive con ustedes!

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