La regla del “fly” de sacrificio y su metamorfosis

En el 1894, se introdujo por primera vez en el libro de las reglas de béisbol, el toque de sacrificio; hoy Regla 9.08 (a), (b) y (c).  Desde su génesis, se dispuso expresamente que no sería considerado como un turno oficial al bate. Así continúa hoy día.

Mientras, en el 1908, apareció en el libro de las reglas de béisbol, el “Fly” de Sacrificio; hoy Regla 9.08 (d). Para ese entonces, se otorgaba cuando capturado un elevado permitía a un corredor anotar carrera en pisa y corre. Cuando ello ocurría, se le anotaba “fly” de sacrificio al bateador y al igual que el toque de sacrificio, ese turno no sería considerado como un turno oficial al bate. 

Con el correr de los años, la regla del “fly” de sacrificio sufrió cambios e inclusive aboliciones. 

Hasta 1919, no había distinción entre el toque de sacrificio y el elevado de sacrificio; simplemente se anotaban como sacrificios. 

Pero en el 1920, se comenzó a tabular oficialmente las carreras empujadas (RBI por sus siglas en inglés) y ello forjó una distinción entre el toque de sacrificio y el elevado de sacrificio, aunque en la hoja de anotaciones se describían simplemente como sacrificios.

En el 1926, se introdujo una enmienda que amplió su alcance a elevados que inclusive permitieran a un corredor adelantar de primera a segunda o de segunda a tercera.  Como era de esperarse, con la nueva definición aumentó considerablemente el promedio de bateo individual y colectivo. Así permaneció hasta 1930.

Para la temporada de 1931, se abolió totalmente la regla del elevado de sacrificio. Por ende, en los casos en que se producía el pisa y corre de tercera a “home” y se le acreditaba carrera empujada al bateador, se le anotaba como un turno al bate en blanco. La abolición total permaneció hasta el 1938.

Para la temporada de 1939, se volvió a instaurar la regla. Lamentablemente, para los bateadores, esta segunda aparición del elevado de sacrificio duró un soplido porque al año siguiente,1940, fue abolida en su totalidad nuevamente. Esa abolición persistió hasta la conclusión de la temporada de 1953. 

En 1954, por tercera ocasión, volvió a instaurarse la regla y por primera vez se separó en las hojas de anotaciones el toque (“sacrifice bunt”) del elevado (“sacrifice fly”). En el 1974, sufrió su última metamorfosis que está recogida en la Regla 9.08 (d):

Se anotará elevado de sacrificio, cuando antes de dos “outs” el bateador conecta un elevado que es capturado por un guardabosque o defensor del cuadro interior en terreno bueno o en terreno “foul” si:

  1. Luego de capturarse el elevado un corredor anota en pisa y corre o;
  2. Cuando el “fildeador” comete error al intentar capturar el elevado, pero a juicio del anotador el corredor hubiese anotado de todas maneras en pisa y corre.

Puede producirse un pisa y corre de segunda a “home”, en cuyo caso, se le anotará elevado de sacrificio al bateador. Dicho sea de paso, el 21 de junio de 2002, en un juego entre Cleveland y Montreal, Wilfredo “Coco” Cordero, de los desaparecidos Expos, conectó un elevado profundo que permitió anotar en pisa y corre desde segunda base a Brad Wilkerson.   

La enmienda a la regla de 1926 y su abolición en los períodos señalados, tuvo impactos históricos. Traigo a su atención dos casos que avalan mi señalamiento. Veamos.

En el 1930, la primera base de los Gigantes de Nueva York, Bill Terry se coronó campeón bate de la Nacional con el robusto promedio de .401 (633-254).  Ese año se le acreditaron 19 elevados de sacrificios en los que adelantó corredores de primera a segunda o de segunda a tercera; 19 elevados de sacrificios en los que no empujó carreras. Gracias a la definición de la regla vigente para 1930, esos 19 turnos fueron a las estadísticas como turnos no oficiales al bate. Con la reglamentación de hoy no hubiesen sido elevados de sacrificios y sí turnos oficiales al bate en blanco, por lo que su promedio hubiese sido de .390 (652-254).

Por el contrario, abolida totalmente la regla en el 1941, Ted Williams bateó para .406 (456-185). El historiador oficial de las Grandes Ligas, John Thorn, practicó una minuciosa evaluación de los “Box Scores” de Boston, juego por juego de ese año y encontró que Ted Williams había conectado ocho elevados que permitieron a sus compañeros anotar carreras en pisa y corre. Obviamente, esos ocho elevados le fueron acreditados como turnos oficiales al bate en blanco. Con la reglamentación de hoy hubiese terminado con promedio de .413 (448-185).

Se me antoja pensar que existen otras circunstancias en las que se le debería dar trato igual al bateador. Por ejemplo: con corredores en segunda y tercera sin “outs” o con uno fuera, el bateador conecta rola por segunda, el corredor de tercera anota con el rodado, el de segunda se mueve a tercera y el bateador es puesto “out” en primera de 4-3 para los que anotan. En ese escenario, el bateador fue muy productivo, empujó carrera y movió al otro corredor de segunda a tercera. Sin embargo, aunque el resultado es el mismo que inspira el espíritu a regla del “fly” de sacrificio, estadísticamente, se le anota un turno en blanco con una empujada.

Récords y curiosidades:

  1. Eddie Murray es el líder de todos los tiempos en elevados de sacrificios con 128. Entre los puertorriqueños, el líder lo es Rubén Sierra con 120 (sexto de todos los tiempos).
  • Gil Hodges ostenta la marca de elevados de sacrificios para una temporada en la Nacional con 19 (Brooklyn, 1954). Roberto “Boby” Bonilla (Baltimore, 1996), ostenta la marca de la Americana con 17, empatado con Gary Gaetti (Minnesota,1982).
  • Bengie Molina fue líder en elevados de sacrificios en la Nacional, en dos temporadas consecutivas 2008 y 2009 (San Francisco). En cada una, produjo 11.
  • La marca de más elevados de sacrificio para un jugador en un desafío es tres. Precisamente, tres puertorriqueños están en la lista de los que han logrado la hazaña; Cándido Maldonado (agosto, 29 de 1987, San Francisco), Juan González (3 de julio de 1999, Texas) y Edgar Martínez (3 de agosto de 2002).
  • La marca de elevados de sacrificios en una entrada es de tres (3). La primera vez que se registraron tres elevados de sacrificio en una entrada se produjo el 1 de julio de 1962, en un juego entre Cleveland Medias Blancas de Chicago e intervino un puertorriqueño. En la quinta entrada, el lanzador boricua Juan “Terín” Pizarro (Medias Blancas), produjo el primer “fly” de sacrificio de la entrada, el segundo fue obra del estelar segunda base Nellie Fox; en el batazo, el jardinero derecho de Cleveland, Gene Green cometió error al “fildear” el elevado. Finalmente, el cuarto bate y antesalista Al Smith produjo el tercer “fly” de sacrificio. Obviamente, para que se produzcan tres elevados de sacrificio en una misma entrada tiene que cometerse un error en el fildeo del primer o segundo elevado.
  • Guillermo Montañez (Filadelfia) estableció la marca de elevados de sacrificios para un novato en la Nacional con 13 en el 1971.  
  • Ningún pelotero en las Grandes Ligas ha podido conectar dos elevados de sacrificio en una misma entrada. Sin embargo, en la XII Serie Nacional de Cuba (1972-73), en un juego entre Mineros y Henequeneros, el antesalista José “Chivo” García Hidalgo de los Mineros conectó dos elevados de sacrificio en una misma entrada.

Foto: 9inningknowitall.com

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