La Regla del “Infield Fly”

La Regla del “Infield Fly”, está descrita en las definiciones de las Reglas Oficiales del Béisbol. Procura evitar que en determinadas circunstancias la defensa deje caer deliberadamente un elevado inofensivo con el propósito de ejecutar dobles y triples matanzas. En otras palabras, persigue desalentar el “fildeo” engañoso.

Los árbitros la pondrán en vigor cuando:

  1. el equipo a la ofensiva tenga corredores en primera y segunda, sin “outs” o con un “out”; 
  • el equipo a la ofensiva tenga tres corredores en bases, sin “outs” o con un “out”;
  • y, en esas circunstancias, el bateador conecte un elevado, (“fly”), que, a juicio del árbitro o los árbitros, puede ser capturado por un jugador a la defensiva, con un esfuerzo ordinario (“fildeo” de rutina).

Cuando están presentes esas circunstancias, el árbitro o los árbitros, pondrán en vigor la regla levantando un brazo y gritando a viva voz, “Infield Fly”. Decretado el “Infield Fly”, el bateador es declarado “out” automáticamente.

Se introdujo por primera vez en el libro de Reglas de Béisbol, en el 1895. Antes del 1895, los jugadores defensivos, podían dejar caer, deliberadamente, elevados de fildeo ordinario cuando había corredores en primera y segunda, sin “outs” o con un “out”, o tres corredores en bases, sin “outs” o con un “out”, con el propósito de ejecutar dobles o triples jugadas. De ahí, que el espíritu o la razón de ser de la Regla del “Infield Fly”, es evitar el engaño.

Para ilustrar lo que ocurría previo a la implementación de la Regla del “Infield Fly”, traigo a vuestra atención una jugada que se suscitó en un juego en 1882 y que se repetía con frecuencia en aquella época. Veamos.

El 22 de junio de 1882, se celebró un desafío entre Cincinnati y Pittsburgh (Asociación Americana). El partido llegó a la entrada número 14, empatado a dos carreras. En la alta de la decimocuarta entrada, Cincinnati anotó tres carreras y se fue al frente 5-2. En la baja de la decimocuarta, Pittsburgh embasó a sus primeros dos bateadores, Mike Mansell y Ed Swartwood. Mansell corría en segunda y Swartwood en primera. Con corredores en primera y segunda sin “outs”, vino a batear John Peters y conectó un elevado inofensivo a los predios del campo corto de Cincinnati, Chick Fulmer, quien se acomodó debajo de la bola, obligando a Mansell y a Swartwood a permanecer anclados en segunda y primera base, respectivamente. Cuando Fulmer estaba próximo a capturar el elevado, dejó caer deliberadamente la bola, la recogió del piso, se la pasó al defensor de la segunda base Bid McPhee, quien procedió a tocar a Mansell que, ante el inofensivo elevado, permaneció sobre el segundo cojín y luego pisó la segunda almohadilla para propinarle “out” forzado a Swartwood, quien venía obligado a correr de primera hacia segunda, ya que el elevado había caído al terreno de juego. De esa manera, propinaron una injusta doble matanza. Pero ahí no quedó la cosa, ejecutada la doble matanza, el segunda base McPhee devolvió la bola al lanzador Will White, quien se percató que el bateador John Peters no había corrido hacia primera base y procedió a tirar a primera completando una triple matanza. Jugadas como esa, donde los “fildeadores” recurrían a la treta y el engaño para ejecutar dobles y triples matanzas abundaban porque no había una regla que lo prohibiera. Como dicen en Utuado, los jugadores defensivos de esa época recurrían a la “jaibería” para adelantar sus causas. 

Para evitar esos engaños, se introdujo la Regla del “Infield Fly”, en el 1895.

Es menester señalar que la Regla del “Infield Fly” dispone expresamente que el inofensivo elevado no puede ser ni un batazo de línea ni producto de un elevado en toque de bola. La Regla fue enmendada en el 1904, para excluir los batazos de línea y en el 1920, para excluir los elevados que se produzcan en toques de bola. 

Por llamarse “Infield Fly”, algunos creen que el elevado de “fildeo” ordinario, tienen necesariamente que producirse dentro del cuadro interior. Esa interpretación no es correcta. La Regla no limita el “fly” a un determinado perímetro. En otras palabras, el elevado no tiene que estar circunscrito al cuadro interior. Por no existir perímetro, la regla incluye los elevados que a juicio del árbitro pueden ser capturados con un esfuerzo ordinario en la grama exterior. Por ende, aunque parezca raro, la regla aplica a los guardabosques, siempre y cuando capturen un elevado que, a juicio del árbitro, también pudo haber sido «fildeado» por un defensor del cuadro interior con un esfuerzo ordinario. A manera de ejemplo, se puede decretar “Infield Fly” cuando un elevado en la grama exterior es capturado con un esfuerzo ordinario por el guardabosque izquierdo si, a juicio del árbitro, también podía ser capturado con un esfuerzo ordinario por el campo corto o la tercera base.

Obviamente, el “Infield Fly” no aplica a un elevado en territorio “foul” porque si se deja caer la pelota deliberadamente, los corredores no están obligados a avanzar.

Por descansar estrictamente la aplicación de la Regla del “Infield Fly”, en el juicio interpretativo del árbitro, su decisión no puede ser apelada.

Una vez decretado el “Infield Fly”, los jugadores que están en base pueden correr a su propio riesgo. La Regla 5.09 que rige la conducta de los corredores, dispone que si decretado el “Infield Fly”, el “fildeador” deja caer deliberadamente la pelota, los jugadores que están en base pueden intentar adelantar a la próxima base a su propio riesgo. Inclusive, aunque es rarísimo, si decretado el “Infield Fly” el “fildeador” que captura el elevado se “duerme”, el corredor puede, a su propio riesgo, adelantar en pisa y corre. 

Aun conociendo la Regla del “Infield Fly”, y con el beneficio de la explicación brindada, en ocasiones resulta difícil y compleja su aplicación. Para sustentar mi señalamiento, evoco dos juegos de Grandes Ligas que dramatizan cuan subjetivo puede ser el juicio interpretativo del árbitro a la hora de decretar o no el “Infield Fly”.

El primero de ellos, fue el quinto juego de la Serie Mundial de 2008 entre Tampa y los Filis, celebrado en una una noche lluviosa y ventosa en el Citizens Bank Park de Filadelfia, el 27 de octubre de 2008. Al inicio del desafío, el viento soplaba a 16 mph del “right” hacia el “left”. En la baja de la 5ta entrada, cuando el tercera base de Filadelfia Pedro Feliz, se presentó al cajón de bateo con un “out” y con corredores en primera (Pat Burrell) y segunda (Ryan Howard), arreció la lluvia y el viento. En esas condiciones climatológicas, Feliz levantó un elevado cerca de la primera almohadilla que capturó el primera base de Tampa, Carlos Peña. En circunstancias normales el elevado hubiese sido capturado con un “fildeo” ordinario. Pero, en esta ocasión, ni el árbitro del primer cojín, Tim Tschida, ni ninguno de los restantes cinco árbitros del desafío decretaron “Infield Fly”. Concluido el juego, el “crew chief” del desafío, que era precisamente Tim Tschida, explicó que la Regla del “Infield Fly” requiere que el árbitro determine si el elevado puede o no ser capturado con un esfuerzo ordinario y esa subjetiva interpretación, incluye las condiciones atmosféricas (viento, lluvia…). A su juicio, el elevado de Feliz, no tenía las características de un “fildeo” ordinario porque el viento prevaleciente dificultó su captura. Lo anterior evidencia inequívocamente, que la Regla del “Infield Fly”, descansa en el juicio interpretativodel árbitro.

En el otro desafío, una controversial decisión activó la Regla del “Infield Fly”. El viernes, 5 de octubre de 2012, se enfrentaron en un juego de eliminación las dos Tarjetas Salvajes de la Liga Nacional, Cardenales de San Luis y Bravos de Atlanta. En la parte baja de la 8va entrada, Atlanta perdía 6 a 3, pero con un solo “out”, tenía corriendo en segunda base a Dan Uggla y a David Ross en primera base. El bateador Andrelton Simmons, conectó un elevado entre el campo corto y el bosque izquierdo (grama exterior). El campo corto de San Luis, Pete Kozma, fue buscando la bola hacia atrás y el guardabosque izquierdo Matt Holliday perseguía también el elevado corriendo hacia el frente. En un momento dado, Kozma levantó los brazos indicando con su gesto que iba a “fildear” el “fly”. Tan pronto Kozma levantó los brazos, el árbitro de línea del bosque izquierdo, Sam Holbrook, levantó su brazo derecho decretando “Infield Fly”; a Holbrook se le unió el árbitro de tercera base Jeff Nelson, quien también levantó su brazo derecho decretando “Infield Fly”. De repente, Kozma escuchó que Matt Holliday pedía capturar el elevado. Accediendo al reclamo de Holliday, Kozma desistió de capturar el “fly”. Holliday miró a Kozma para asegurarse que éste había desistido de “fildear” el elevado, pero al hacerlo, le quitó la vista a la bola y la esféride picó entre ambos. Afortunadamente para San Luis, ya se había decretado el “Infield Fly”, por lo que el bateador Simmons había sido decretado “out”.

Por otro lado, decretado “Infield Fly” tan pronto la bola cayó al terreno, Dan Uggla y David Ross, aprovechando la Regla 5.09 que dispone que una vez decretado el “Infield Fly”, los jugadores que están en base pueden correr a su propio riesgo, avanzaron a tercera y segunda base, respectivamente. Ello creó más confusión entre los fanáticos de los Bravos que no se habían percatado que se había decretado “Infield Fly”. Creyeron de buena fe que Simmons se había anotado un sencillo y que Atlanta tenía tres corredores en base con un “out”. Lamentablemente para los fanáticos de los Bravos, al decretarse el “Infield Fly”, la amenaza se redujo a corredores en segunda y tercera con dos “out”. Al enterarse, los fanáticos comenzaron a tirar objetos al terreno y el dirigente de Atlanta, Fredi González, les cuestionó a los árbitros la decisión tomada y protestó el juego. El partido se interrumpió por 20 minutos, aproximadamente.

Señalo que la distancia entre el plato y el lugar donde la bola picó era de 225 pies, pero, como indicáramos previamente, no existe perímetro a la hora de decretar “Infield Fly”, basta que a juicio del árbitro el fildeo sea ordinario.

La decisión, desató una lluvia de interrogantes, especulaciones y análisis entre los fanáticos y analistas del béisbol. Recuerdo que esa noche recibí llamadas de amigos cuestionando la decisión. También esa noche, analistas de las cadenas ESPN y de MLB Network, emitieron opiniones sobre la decisión de los árbitros y discutieron el alcance de la Regla del “Infield Fly”. Sin embargo, los expertos, no analizaron el elemento más importante, el engaño que es la razón de ser de la Regla y lo que procura evitar.

Aun cuando estaban presentes varios de los requisitos requeridos para poner en vigor la Regla; corredores en primera y segunda con un “out”, en mi opinión, faltaba el más importante, la “jaibería” o el engaño. Ni Kozma ni Holliday dejaron caer la bola deliberadamente para provocar una doble matanza. Tan es así, que una vez la bola cayó al terreno, Uggla y Ross avanzaron a segunda y tercera cómodamente, sin que se produjera un tiro.

No cuestiono el juicio de los árbitros, pero a todas luces, el engaño no estaba presente.

En cuanto al entonces dirigente de Atlanta, Fredi González, su protesta denotó que no conocía uno de los detalles de la regla y es que decretado el “Infield Fly”, la decisión no es apelable. Por descansar estrictamente la aplicación del “Infield Fly” en el juicio interpretativo del árbitro, su decisión no está sujeta a ser apelada. Por ello, tan pronto concluyó el juego Joe Torres, entonces vicepresidente ejecutivo de las operaciones del béisbol de Grandes Ligas, declaró NO HA LUGAR la protesta. Les exhorto a que busquen en You Tube el vídeo de esta jugada, la observen con detenimiento, la analicen y lleguen a sus propias conclusiones.

El propósito de la Regla del “Infield Fly” es noble y su definición es clara y precisa, pero en ocasiones su aplicación es sumamente subjetiva lo que desata controversias.

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