Recordando a Bill White: estelar pelotero y narrador

En ocasiones, cuando echo mi mente a correr hacia el pasado, agradezco a Dios lo que me ha permitido vivir. Desde chamaquito mi amor hacia el béisbol ha sido desmedido positivamente y jamás me imaginé que de aquellos ídolos peloteriles en mi crecimiento en Puerto Rico, Panamá y los Estados Unidos…algún día algunos serian amigos y hasta hermanos del alma.

Uno de ellos lleva el nombre de Bill White. Primera base estelar que fue…muy sincero y a la vez sin miedo al «hablar su mente» cuando entendía que situaciones no eran justas. Entre ellas el racismo.

Nacido en Lakewood, Florida, el 28 de enero del 1943, jamás conoció a su padre, Penner White, respetando en grande a su madre Enna Mae Young. Cuando chamaquito se fueron de la periferia de Bradenton-Sarasota a vivir Warren, Ohio. Allí hizo su vida al ritmo dictaminado por Dios y llegó a las Grandes Ligas con los Gigantes de Nueva York el 7 de mayo del 1956.

En su debut…en su primer turno al bate…frente al lanzador derecho de los Cardenales de San Luis, Ben Flowers, conecto un jonrón el 7 de mayo del 1956. Durante la próxima temporada no jugó ya que cumplió responsabilidades con el ejército de los Estados Unidos.

Entonces, en el 1958…perdió su trabajo con los Gigantes, ya ubicados en San Francisco, ante la impactante y joven figura del Boricua…Orlando Cepeda.

Al respecto, nos dijo en Nueva York, hace varias décadas, «Orlando tenía unos 21 (calendarios de vida) y era tan bueno que fue seleccionado «Novato Más Sobresaliente» de la Liga Nacional (promedio ofensivo de .312, 25 jonrones y 96 carreras impulsadas).

«Además, detrás de Orlando venia progresando como primera base y bateador, Willie McCovey. Por eso, en el 1959, me cambiaron a San Luis (el 25 de marzo).

«Yo había jugado en Puerto Rico con Santurce y con Orlando (temporada 1955-1956) y desde entonces éramos amigos.»

Ambos McCovey (en el 1986) y Cepeda (en el 1999) fueron exaltados al Salón de la Fama en Cooperstown, Nueva York.

Por su parte, Cepeda siempre ha reconocido que Bill White le ayudó mucho en eso de como jugar la primera base y que eso lo propulsó a llegar a las Mayores tan rápido.

Durante la jornada invernal con Santurce (1955-1956), Bill bateó al son de .315 con 13 jonrones, 54 carreras anotadas (líder de la liga) y 48 impulsadas. Para el record e informaciones de su labor en Puerto Rico, puede entrar en la página de Internet- Beisbol 101.com (https://beisbol101.com/billwhite/) del respetado colega e Historiador Oficial de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico Roberto Clemente…Jorge Colon Delgado.

Bill White siempre recuerda que la pelota invernal con Santurce le beneficio en grande, pues allí el calibre de juego era muy superior al de las Ligas Menores y en su equipo se encontraban figuras como Don Zimmer, Roberto Clemente y el lanzador Rubén Gómez.

Bill White y Pedrín Zorrilla

Escribiendo sobre los Cangrejeros de Santurce, Bill en más de una ocasión tuvo palabras de respeto y admiración para con el «Cangrejero Mayor»…el legendario hombre de béisbol y servidor público, Pedrín Zorrilla, «Gran hombre, decente y conocedor del béisbol. Cuando jugué en Puerto Rico me trató con mucha elegancia y respeto e inclusive me prestó su residencia de playa en Manatí (Mar Chiquita) para pasar tiempo con mi esposa. ¡De Pedrín…aprendí tanto!»

Al respecto, recordó el hijo de Pedrín…el Dr. Enrique Zorilla…hace pocos minutos, «Corrían los 1970 y Papi y yo nos encontramos un día en el Yankee Stadium cuando de pronto nos dimos de frente con Bill White (narrador del equipo para esa época).

«Al ver a Papi, el abrió los ojos, reflejando incredulidad, y se puso tan contento. Papi siempre me decía que Bill era hombre de bien, decente, inteligente y un gran pelotero. Era uno de sus peloteros favoritos.»

El historial de Bill en las Mayores (1956-1969) dicta que fue canjeado de San Luis a Philadelphia el 17 de octubre del 1965 y el 3 de marzo del 1969, los Phillies lo cambiaron a San Luis donde finalizo su carrera como pelotero activo.

Sus logros en las Grandes Ligas reflejan que en 1673 partidos bateó .286 con 843 carreras anotadas 870 impulsadas. Además, logró 1706 imparables entre ellos 202 jonrones.

En ocho ocasiones fue elevado al equipo «Todos Estrellas de la Liga Nacional» mientras ganaba ocho «Guantes de Oro». Además, fue miembro de San Luis cuando ganó la Serie Mundial 1964 ante los Yankees de Nueva York.

Entre el 1971 y 1988, Bill formó parte del elenco de las narraciones (vía radio y televisión) de los Yankees. Para esa época fue que Dios nos permitió cruzar caminos en nuestras respectivas vidas. Con los Yankees compartió casi 3000 juegos con los legendarios astros de la narración Phil Rizzuto (otrora estelar jardinero corto del equipo e Inmortal del Béisbol) y Frank Messer.

De esa forma Bill White se convirtió en el primer Negro en ser narrador oficial de una novena de Grandes Ligas. En reconocimiento a su labor con los Yankees, estos le honraron en el 1990 con el prestigioso galardón «Pride of the Yankees».

Corría en 1989 y en el mes de febrero, tras insistencias del mutuo amigo y propietario de los Dodgers de Los Ángeles, Peter O’Malley, Bill White fue nombrado presidente de la Liga Nacional. En una ocasión, me comentó Bill, «La verdad…es que al principio le manifesté a Peter que no me interesaba esa posición…pero finalmente, la acepté.»

De esa manera, Bill se convirtió en el primer Negro presidente de una liga en las Mayores.

Estudios que hemos llevado a cabo indican que Bill White se sintió como que era una «simple cabecera» de la Liga Nacional y siendo hombre de libres pensamientos y valentía verbal tuvo encontronazos con los Comisionados Bart Giamatti y Fay Vincent.

En mi apreciación…diría que Bill no aceptó muchas realidades encontradas en ese mundo de las Grandes Ligas…entre ellas un sentir marcado con relación a las minorías….en muchos niveles.

Cuando ya estába fuera de su posición (1994), magnates de Grandes Ligas decidieron ofrecer una cena en su honor por sus contribuciones al juego.

La respuesta de Bill White ante la invitación (si la memoria no me es infiel, mediante el ejecutivo Negro que sería su sucesor, Len Coleman), fue muy sincera, «Dile que yo dije…que se fueran al infierno.»

El inmortal beisbolero, Willie Mays, muy bien fue se mentor…su mejor amigo en el juego. ¡De él aprendió muchísimo como hombre y como pelotero!

Sobre, tal vez, uno de sus mayores logros como presidente de la Liga Nacional, ha manifestado, «Diría que estar envuelto…muy activo…en la expansión de la liga a Denver, Colorado y Miami, Florida, en el 1993.»

Recuerdo con muchísimo respeto a Bill White. Su figura reside en mi mente como un hombre más bien callado…pero orgulloso de sus logros. Con un toque leve, tal vez, de introvertido…pero con mucho peso al expresar lo que siente…sin temores algunos. Como un hombre de gran firmeza.

Recuerdo su tono de voz…su risa. Pero, tal vez, más que nada el hecho de que tiene los «pies bien plantados» en la Tierra y que en nada es ostentoso.

Hace ya más de dos décadas no le veo personalmente, aunque he hablado con él en un par de ocasiones.

Reside Bill White en la periferia de Upper Eddy, a unas sesenta millas al norte de Philadelphia. Ya cuenta con 86 calendarios de vida. A la distancia le envio espiritualmente mis respetos de hermano y los mejores deseos.

Finalizando este ensayo me remonto a mis tiempos de chamaquito y una vez más me asombro ante los regalos preciosos que Dios me ha brindado para ya a mi edad (casi los 75) compartir con ustedes.

(FOTOS)—Bill White y Luis Rodríguez-Mayoral compartiendo en Anaheim, California, durante el verano del 1989. En la segunda foto vemos la dedicatoria de Bill a Luis de su biografía publicada en abril del 2011…»Uppity…My Untold Story About The Games People Play». (Primera foto cortesía de Luis Alberto Torres).

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