Recordando  el «walk off» de Keith Hughes

Blaine Crim celebra el jonrón que le dio el pase a su equipo a la serie final.

Ayer, 14 de enero, Blaine Crim, campeón bate el pasado año con los Indios de Mayagüez, conectó un cuadrangular solitario en el cierre de la novena entrada para dejar en el terreno a los Criollos de Caguas con anotación final de 2-1 y de paso eliminar a los Criollos de Caguas en el sexto jugo de la serie semifinal.  De paso, los Indios van a su quinta serie final consecutiva la 39 en su historia.  El batazo de Crim nos recuerda uno que dio Keith Hughes en la Serie Final de 1988-89 entre Mayagüez y San Juan

Comparto con ustedes un extracto de ese juego incluido en el libro de mi autoría, «Los Indios de Mayagüez», publicado en 2019.                   

Keith Hughes

Se jugaba el quinto partido, en el Estadio Isidoro García, con la serie favoreciendo a Mayagüez, 3-1.  El partido fue dramático desde el principio hasta el final.  Ambas novenas luchando si ceder ni un ápice al contrario.  Con el juego empatado a dos carreras en el último episodio, los Metros anotaron una en la décima, y los Indios vinieron al bate.  Al Newman conectó doble, Steve Finley se sacrificó, Ken Caminiti recibió base por bolas, Luis Raúl Quiñones fue puesto fuera, y Pagnozzi recibió boleto intencional para llenar las bases.  Le tocaba nada más y nada menos que a Keith Hughes quien bateó .083 en el «Round Robin», pero en la Serie Final andaba por los .275.  Jorge Aranzamendi, coach de los Indios y quien estaba sentado en los palcos cerca del «dugout» mayagüezano, detalla el histórico momento.  «Había tres en bases, dos «outs» y viene Keith Hughes a batear.  Yo estoy en los palcos y oigo a toda la fanaticada gritar que teníamos que traer un emergente.  Sin embargo, yo estaba confiado, porque sabía que Hughes había entrado en forma pues estaba dándole mejor a la bola y le comento a la persona que está a mi lado, este va a ser el héroe del partido».[1]  Y como una profecía, Hughes le empalmó una curva a Ed Olwine sacándola por el «right center».  «La gente se tiró al terreno y cuando Hughes llegó al plato, no lo encontró pues lo habían arrancado».[2] 

El periodista Rubén Rodríguez, del rotativo El Nuevo Día, quien ha estado cubriendo series finales desde 1984-85 de forma ininterrumpida, estaba en el juego con su compañero Jorge L. Pérez, e indicó que el jonrón de Hughes ha sido uno de los momentos más emocionantes de su carrera periodística.  «Yo tenía asignado a San Juan y Jorge a Mayagüez.  Estábamos sentados cerca de los palcos entre la tercera base y el «left field» porque si ganaba Mayagüez, teníamos que tirarnos al terreno para entrar al camerino, que era la forma más fácil y rápida de hacerlo.  Cuando Keith Hughes conectó el batazo yo pensé que había sido el bombo más alto que yo había visto en series finales.  Parecía que iba a chocar con el poste de lo alto que iba la bola.  Recuerdo que tan pronto vimos el batazo, nos tiramos al terreno de juego y en medio de la celebración nos topamos de frente con el jardinero izquierdo, Lonnie Smith y lo vimos con una mirada perdida, típica de un equipo que acaban de eliminar.  Y tenía los ojos llorosos.  Ese jugador sintió la derrota de su equipo.  Para mí, este es uno de los batazos más dramáticos que he visto, en mi carrera como periodista, y es un batazo que yo jamás olvidaré».[3] 

Sobre donde ubica este jonrón entre los más importantes en la historia de nuestro béisbol, Rodríguez entiende que es uno de ellos.  «Mucha gente recuerda ‘El Pepelucazo’ y otros cuadrangulares, pero yo considero este jonrón como uno de los más importantes por las circunstancias que se dieron y por las dimensiones que tuvo ese batazo».[4]  El histórico momento fue presenciado por 8,081 eufóricos fanáticos quienes aplaudieron de manera delirante al equipo por largo rato. 

Por su parte, Julio Valera estuvo espectacular al permitir solo dos carreras en nueve entradas.  Según el dirigente Tom Gamboa, utilizó a Valera porqué tenía sangre fría y había lanzado muy bien en la serie regular.  John Cangelosi fue el mejor bateador de la serie con .571, luego Al Newman con .400, Tom Pagnozzi con .368 y Rey Palacios con .313.

Para Luis Gómez, fue su último juego en Puerto Rico como dueño y presidente de los Indios de Mayagüez y se despidió como pocos han podido, ganando el campeonato con un jonrón con las bases llenas, en la décima entrada, con dos fuera. 

Tres jonrones dramáticos en la historia de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico: el de Pepe Lucas con los Cangrejeros de Santurce, y los del dueto de los Indios, Keith Hughes y Blaine Crim.

Foto de Blaine Crim cortesía de Ángel Santiago


[1] Entrevista telefónica con Jorge Aranzamendi el 7 de octubre de 2018.

[2] Entrevista telefónica con Jorge Aranzamendi el 7 de octubre de 2018.

[3] Entrevista telefónica con Rubén Rodríguez el 8 de enero de 2019.

[4] Entrevista telefónica con Rubén Rodríguez el 8 de enero de 2019.

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