1951: Puerto Rico conquista su primera Serie del Caribe

Dos días después de ganar el campeonato, 19 de febrero, exactamente a las 2:45 PM, los Cangrejeros salieron del aeropuerto Isla Grande hacia Caracas para la Tercera Serie del Caribe.  Los muchachos de Pedrín estaban un poco cansados luego de esa tensa serie final frente a los Criollos y la celebración del campeonato que duró hasta la madrugada.  Muchos fanáticos colmaron el vetusto edificio para despedir a su equipo campeón.  La nota jocosa fue Cabrerita quien se apareció con un gabán que parecía la piel de un tigre.

Los Cangrejeros partieron hacia Caracas, Venezuela, el 19 de febrero, exactamente a las 2:45 PM. Los muchachos de Pedrín estaban un poco cansados luego de una tensa serie final frente a los Criollos y la celebración del campeonato que duró hasta la madrugada del 18 de febrero.  Muchos fanáticos colmaron el vetusto edificio del Aeropuerto de Isla Grande en San Juan, para despedir a su equipo campeón.  La nota jocosa fue Cabrerita quien se apareció con un gabán que parecía la piel de un tigre.

El primer partido de la Tercera Serie del Caribe estaba pautado para el 20 de febrero contra Cuba.  En dos series celebradas hasta el momento Puerto Rico había llegado cuarto en 1949 con Mayagüez y en 1950 arribaron segundo representados por los Criollos de Caguas.

Debido al mal tiempo en el Caribe, Puerto Rico, Cuba y Panamá no llegaron a tiempo para la inauguración.  El conjunto panameño se encontraba en el Aeropuerto de Maiquetía esperando transportación aérea hasta el campo de La Carlota en Caracas ya que las carreteras estaban intransitables. 

Mientras el avión que llevaba a los boricuas tuvo que aterrizar en Curazao porque el mal tiempo impedía hacerlo en Caracas. De Curazao irían a Maracay desde donde serían transportados vía terrestre hasta la capital venezolana. Al llegar a Caracas los Cangrejeros se hospedaron en el Hotel Añaúco.  Luis Rodríguez Olmo fue recibido como héroe por los reporteros, fotógrafos y fanáticos en general.  Olmo era querido y admirado por todos, por eso le decían «El Pelotero de América.»

Los titulares deportivos reflejaban lo competitivo del evento.

«COMENTARISTAS DICEN VENCERA MAGALLANES»

«EQUIPO DE PANAMA LUCE FUERTE EN DEFENSIVA; DEBIL EN EL BATEO»

«CUBA Y PUERTO RICO, LOS EQUIPOS A VENCER»

Por fin el jueves 22 de febrero, se pudo jugar en el Estadio Cervecería Caracas.  A primera hora Santurce se enfrentó a los Cuba ante una asistencia de 20,000 fanáticos.  Antes del partido, Pedrín se reunió con su equipo en el camerino y les habló de lo importante que era para él la disciplina: “ Si hemos de regresar derrotados no va a ser por haberse metido en fiesta ni por otras pamplinas.  Vamos a jugar pelota y a decidirlo todo en el terreno de juego.  Y el que se porte mal cogerá un avión de regreso a Puerto Rico.»[1]

Esto fue el orden al bate que presentó el dirigente George Scales: Junior Gilliam (2b), Stran Breard (ss), Bob Thurman (rf), George Crowe (1b), Buster Clarkson (3b), Willard Brown (lf), Luis Olmo (cf), Guigui Lucas (c) y José «Pantalones» Santiago (p).

Los Cangrejeros pulverizaron a los Leones de La Habana con anotación de 13-1.  Todos en la alineación batearon al menos un imparable excepto Clarkson.  El más destacado fue Bob Thurman quien bateó de 4-3, jonrón, triple, doble, empujó cuatro y anotó dos.  El jonrón de Thurman en la sexta entrada fue descrito por el periodista Eladio Secádes como «laberíntico, tremendo, infinito.»  En Puerto Rico le decían «El Múcaro», en Venezuela lo apodaron «El Monstruo». Le siguió George Crowe (5-3), Olmo (4-2), Breard (6-3), Pantalones Santiago (5-2), Gui Gui Lucas (6-2) y Junior Gilliam (6-1). Olmo fue ovacionado cada vez que iba al bate. Los venezolanos no olvidaban las hazañas del destacado jugador en Venezuela.  En su primer turno, los que reseñaban el partido dijeron que el boricua es el «más grande pelotero de la América Latina de todos los tiempos.» Mientras,  Pantalones Santiago era aplaudido cada vez que terminaba una entrada y cuando venía a batear, arreciaba la ovación. No olvidemos que fue la primera victoria caribeña para Pedrín y nada menos que frente al cuco del Caribe, Cuba.  El Cangrejo Mayor agitaba sus gigantes palancas en señal de alegría.  Luego del partido, Ruth Fernández, con su potente voz, interpretó Alma Llanera y Lamento Borincano, llevándose también muchos aplausos. ¡Arriba corazones!

A segunda hora, Venezuela dominó a Panamá, 10-2.

Al siguiente día los titulares en las páginas deportivas del país leían:

«CARRO DE LEÑA PUERTORRIQUEÑO DESMELENÓ A LOS DESCONCERTADOS CAMPEONES CUBANOS»

«PUERTO RICO BATEÓ 18 HITS: PROPINO PALIZA A LA HABANA, 13-1»

«SANTIAGO REALIZÓ GRAN TRABAJO MIENTRAS SUS COMPAÑEROS PULVERIZABAN A LOS PITCHERS ROJOS»

Los venezolanos eran los próximos contrincantes.  Mike Clark fue señalado por Scales para lanzar el partido.  George Crowe conectó un cuadrangular con las bases llenas en la quinta entrada en conteo de dos bolas sin strikes para poner al frente a Santurce, 8-5.   

En la novena entrada, El Tigre Cabrera había dado dos outs cuando Jim Pendlenton levantó un foul fly por la tercera base.  Con la bola en el aire, el público comenzó a tirarse al terreno de juego para celebrar la victoria pero Clarkson se le cayó la bola. Cabrerita dio base por bolas a Pendleton y seguidamente René González conectó su jonrón por el bosque izquierdo para poner el partido, 8-7.  El emergente Gato Álvarez siguió con doble al izquierdo, y las tribunas comenzaron a retumbar de algarabía.  Entonces Scales trajo a Rubén Gómez y este obligó a Ken Staples a batear bombo al siore Breard para el tercer out.  Ganó el partido Roberto Vargas quien había relevado a Clark en la cuarta entrada con el juego a favor de Venezuela, 3-1.

A primera hora, los panameños les habían propinado la segunda derrota a los cubanos, 12-2.

El tercer compromiso de Santurce era frente a Panamá.  Fue un partido cerrado donde ganaron 4-3.  Rubén Gómez relevó a Bill Powell en la cuarta entrada y conectó el hit de oro en la parte baja de la novena impulsando a Olmo desde segunda para dejar en el terreno a los panameños.  Bob Thurman la sacó en el primer inning impulsando dos anotaciones.

Una tromba marina dañó las turbinas de electricidad de Caracas y el estadio se quedó sin energía eléctrica.  Esto motivó que Santurce se enfrentara a Cuba a las 9:30 de la mañana.  Los cubanos cogieron dormidos a los palancudos y le propinaron la primera derrota, 4-3.  Mike Clark volvió a fallar.  Olmo fue el mejor por Santurce al batear de 4-3.

Ese mismo día, por la tarde, Santurce le ganó a Venezuela, 6-4, para asegurar al menos un empate.  Nuevamente Pantalones Santiago estuvo magistral en la loma, permitiendo seis imparables y ponchó a diez maracuchos, estableciendo marca.  Perdió el futuro lanzador estrella de Brooklyn, Clem Labine.

El martes 27 de febrero, la primera plana del Periódico El Imparcial decía: «PUERTO RICO ES EL NUEVO CAMPEÓN DEL CARIBE»

Era porque el día antes, Puerto Rico había apabullado a Panamá, 12-1 con Rubén Gómez en la loma.  El partido, abreviado a siete entradas por mutuo acuerdo, fue una exhibición de poderío de largo alcance por parte de la tropa de Pedrín.  De los ocho hits conectados por Santurce, cuatro fueron jonrones: Olmo conectó dos de ellos, para su segundo y tercero de la serie, estableciendo marca, Remolcan cinco anotaciones.  Por su parte, Willard Brown y Buster Clarkson, igualmente la sacaron.

Este escrito de Pont Flores sobre Olmo narra con claridad como si uno estuviera en el estadio viéndolo jugar: Era en el partido entre Panamá y Puerto Rico: «Llegamos minutos después de empezar el juego.  Al bajarnos del carro oímos una gritería y una salva de aplausos.  Nos miramos y echamos a correr.  Mostramos las credenciales a los porteros y a los agentes de seguridad y cada cual cogió por su lado.  Subí unos escalones de tres en tres.  Vi un grupo de peloteros aguardando en el plato.  Doblando por tercera venía trotando El Jíbaro Olmo.  Cara sudorosa y de esfinge tallada en madera del país.  Fuera de carrera Venezuela, la afición local estaba dándole rienda suelta a su idolatría hacia el gran pelotero de Puerto Rico.  Ese que es grande no tanto por sus batazos salvadores.  Ni por sus cogidas de difícil facilidad.  Ni por su brazo de cazador premiado en mil certámenes.   Sino por la forma en que se arregla la gorra.  Y los pantalones.  Y su elegancia insuperable al regresar al dugout después de ser puesto fuera en un bombo a los bosques. ¡Olmo!  ¡Olmo!, gritábamos todos.  ¡Olmo! ¡Olmo!, eso era lo que se oía en Caracas a través de toda la III Serie del Caribe.  Confieso que nunca había visto jugar El Jíbaro la clase de pelota rabiosa, sublime, espectacular, que durante seis juegos corridos exhibió el hijo de Borinquen Bella. Verlo jugar era ver a todo Puerto Rico jugar.  Más que un líder de ofensiva y defensiva fue un símbolo. Jugó como todos y cada uno de los puertorriqueños soñó que jugara.  Solo que un poco mejor»[2]

Luis Rodríguez Olmo celebra con Pedrin Zorrilla el Premio Jugador Más Valioso.

Olmo fue seleccionado de forma unánime «Jugador Más Valioso» y no era para menos.  Bateó .417, producto de 10 hits en 24 turnos, tres jonrones, nueve empujadas.  En la defensa, realizó 13 outs sin errores.  La vida lo recompensó porque perdió el campeonato con un gran equipo como Caguas, pero le pasaron muchas cosas buenas como refuerzo de Santurce.

Igualmente, Pantalones Santiago se ganó la admiración y reconocimiento de la prensa venezolana. «El equipo de Santurce, que al principio nadie lo mencionaba fue considerado por la prensa local y extranjera como «el más fuerte trabuco que se haya presentado en el Caribe»[3]

Pont Flores escribió: «José Guillermo es el nuevo ídolo de Caracas.  Se quedó con el público porque la grandeza no reconoce ni banderías ni limitaciones geográficas.»[4]

El periodista cubano, Eladio Secades escribió: «¿El jugador más brillante del conjunto? Olmo.  Sentó cátedra en la serie.  El alto mando de Santurce lo presentó en el séptimo escalón del line-up y se comportó como un cuarto bate que apareciera más abajo por simple error de imprenta.  Olmo partió la pelota desde que se levantaron las cortinas hasta que las competencias fueron clausuradas.»[5]

En el camerino Olmo preguntó: ¿Como estarán ahora en Puerto Rico?  La respuesta fue: «como nosotros, riendo y llorando.»  Pont Flores escribió que «el campeón del Caribe lució implacable, devastador, sublime…»

Pedrin Zorrilla con los trofeos del City Champ, Campeón de Puerto Rico y Campeón de la Serie del Caribe 1951

El mensaje de Pedrín antes de comenzar la serie dio resultado.  Al respecto, el periodista Julio Francis Edwards escribió: «El Jefe Supremo del conjunto de Puerto Rico, Pedrín Zorrilla, reveló tener atributos de líder máximo, horas antes de salir hacia Venezuela.  Allá supo imponer su disciplina con diplomacia pero con firmeza.  Dirigió sin la arrogancia del César, pero como el Cesar.  Puede decir, fuimos, vimos y vencimos.»[6]

En las tribunas, un puñado de boricuas ondeó banderas, abrazándose, gritando, llorando y dando vivas a Puerto Rico.

Siete Cangrejeros fueron seleccionados al equipo de estrellas: Luis Rodríguez Olmo, Pantalones Santiago,  Rubén Gómez, Gui Gui Lucas, Stan Breard, Bob Thurman y el dirigente George Scales.  La exclusión de Junior Gilliam por Bert Hass, de Cuba, fue duramente criticada.

El gobernador Luis Muñoz Marín dijo por radio: «En nombre del pueblo de Puerto Rico extiendo mi más calurosa felicitación por el éxito alcanzado por nuestro equipo de béisbol en la Serie del Caribe celebrándose en Caracas.  Puerto Rico se siente orgulloso de la gran demostración dada por nuestros muchachos.»[7]

Luisin Rosario escribió: «A Pedrín hay que concederle un gran crédito en el triunfo: el de la honestidad y el de la perseverancia.»[8]

El miércoles 28 de febrero, el titular del Periódico El Imparcial fue «MILES DAN BIENVENIDA A CAMPEONES»

Miles se dieron cita en el Aeropuerto de Isla Grande el 27 de febrero, por la noche, para recibir a los Cangrejeros.  Según Julio Francis Edwards » ya a las seis de la tarde no se podía caminar por la carretera que conduce al aeropuerto.  Ya se había anunciado que el vuelo llegaría a las 7:45 de la noche.  Mientras tanto, todos mataban el tiempo charlando a viva voz, bailando a música de plena o cantando.  Cada vez que oían el ruido de algún avión, la multitud avanzaba como una gigantesca ola hacia las puertas principales.  Hubo dos ocasiones en que aterrizaban aviones y recibieron grandes ovaciones que fueron cortadas abruptamente cuando se descubrió que no era el que todos esperaban.    Poco antes de las 7:45, la banda del Colegio de Agricultura marchó por la pista e interpretó música boricua y el «Star Spangled Banner».  Cuando el avión aterrizó estremeció todos los corazones con las notas de La Borinqueña .  Cientos de personas se adentraron a la pista pero sin el esperado desorden.  Ellas mismas ayudaron a formar dos condones humanos para hacerle paso a los héroes…”

Los nuevos campeones del Caribe arribaron a las ocho de la noche.  Era tanta la emoción, que cuando los jugadores comenzaron a descender, muchos de ellos empezaron a llorar de alegría ante el recibimiento que les ofrecía la fanaticada boricua.

Pedrin Zorrilla fue el primero en bajar del avión al arribo de los nuevos campeones del Caribe.

Al abrirse la puerta del avión, la banda volvió a entonar La Borinqueña.  Primero salió Pedrín con su esposa Diana, quienes fueron ovacionados.  Luego Rafael Muñiz, Rafael Delgado Márquez, George Sales, Pantalones Santiago, Olmo, Gilliam, Brown, Thurman, Gerard y el resto del conjunto.

Los peloteros abordaron los automóviles.  La multitud pretendía sacarlos de los mismos.  Uno de los autos fue casi despegado del suelo. La salida por la carretera del aeropuerto fue muy lenta.  La caravana de carros siguió por la Avenida Fernández Juncos, seguida de millares de entusiastas.  La ruta oficial era hasta la Parada 26, para doblar hacia la Avenida Ponce de León, pero al llegar al a parada 22, tres motociclistas fracasaron en abrirse pasa y se optó por subir la caravana por la Parada 22.  A todo lo largo de la Fernández Juncos y la Ponce de León de Santurce a San Juan, las amplias avenidas se vieron reducidas al ancho de una bicicleta por las multitudes que se abrían paso cuando los vehículos lo forzaba.  Esa enorme multitud había aguardado muchas horas para ver pasar a su s héroes.  Los jugadores iban en carros sin capotas.  Nunca se había visto un recibimiento igual.  Ciento de cartelones, banderas, y guirnaldas adornaban todas a los vehículos.  Una gran mayoría tenía numerosos letreros con los nombres de los peloteros.»[9]

Olmo exclamó: ¡esto en una cosa tan emocionante que no sé ni que decir!  Para mí, es uno de los momentos más emocionante que he vivido en el béisbol.  Me sentí más contento cuando conecté el tercer jonrón, que el debutar en Grandes Ligas con el primer jonrón.»

Scales dijo: Aquí estoy atravesando por la experiencia más grande de mi vida.  Cuando el equipo ganó el título, logre una de las cosas que más he deseado en mi vida.  El pueblo de Puerto Rico por lo que acaba de mostrar, se merece todos los campeonatos del mundo.  Y yo me siento feliz porque tuve la suerte de estar al frente del equipo que logró el título del Caribe.»

» Me siento muy feliz por haber ayudado a Puerto Rico a ganar este campeonato.  Espero ganar el año que viene» indicó Thurman.

Uno de los peloteros que más destilaba alegría era Alfonso Gerard: «Por fin logramos lo que tanto deseé desde que estoy jugando béisbol, darle a una fanaticada como esta, el titulo máximo de la Confederación del Caribe.  Me siento el hombre más feliz de la Tierra al pertenecer al equipo que logró este triunfo.»[10]

Por su parte Pantalones Santiago le reveló a un grupo de periodista que nunca tuve dudas de que el conjunto de Puerto Rico pudiera ganar el campeonato.  Había tal unidad tanto amor propio, que solo pensamos y luchamos por Puerto Rico.  Este recibimiento ha sido lo más grande que he visto en mi vida; ese pueblo merece el regalo que logramos traerle.»[11]

Hubo varios carros asignados para los peloteros que los llevarían por las principales calles de Santurce hasta llegar a la alcaldía de San Juan donde serían agasajados.

Al siguiente día, irían a La Fortaleza por invitación del gobernador Luis Muñoz Marín para un almuerzo por el campeonato logrado.  Todos los peloteros asistieron a la misma.   En el Salón de los Espejos, el Gobernador recibía a sus invitados y a cada uno dedicaba alguna frase de congratulación. Cuando llegó Pedrín le dijo: «Te felicito porque después de once años de espera, has alcanzado tan merecido y contundente triunfo.»[12]

Las celebraciones continuaron por varios días.  Posteriormente, esa semana, la administración del Hipódromo Las Casas invitó al equipo de Santurce para que presenciara las carreras y un suculento almuerzo.  Los homenajes continuaron varios días más entre ellos uno en el Club Guadalquivir (ubicado donde hoy está el Hotel San Juan) amenizado por la Orquesta de César Concepción y otro en el famoso salón de baile «El Escambrón» que quedaba al lado del Estadio Sixto Escobar.

Fue una temporada de ensueño para Pedrín y toda la fanaticada de Santurce.  El futuro lucía halagador y aún faltaba mucho por lograr, pero la franquicia estaba en el inicio de varias temporadas históricas y repletas de momentos importantes que enriquecieron la historia deportiva de Puerto Rico.


[1] Periódico El Mundo, 7 de marzo de 1951.

[2] Periódico El Mundo, 1 de marzo de 1951.

[3] Periódico El Mundo, 27 de febrero de 1951.

[4] Periódico El Mundo, 1 de marzo de 1951.

[5] Periódico El Mundo, 8 de marzo de 1951.

[6] Periódico El Imparcial, 28 de febrero de 1951.

[7] Periódico El Imparcial, 28 de febrero de 1951.

[8] Periódico El Imparcial, 28 de febrero de 1951.

[9] Periódico El Imparcial, 1 de marzo de 1951.

[10] Periódico El Mundo, 28 de febrero de 1951.

[11] Periódico el Imparcial, 1 de marzo de 1951.

[12] Periódico El Mundo, 1 de marzo de 1951.

Datos y fotos tomados del Libro Pedrin Zorrilla, El Cangrejo Mayor, publicado en el 2011.

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