Dusty Baker: excelente selección para dirigir a los Astros de Houston

Este ensayo está dedicado a un caballero-amigo de 91 calendarios de vida, orgullo de Mayagüez, Puerto Rico y fanático de toda la vida de «Dusty» Baker…el gran «Vidu» Ithier, padre del respetado Dr. Carlos Pedro-Ithier Montañez (Gotay).

Desde chamaquito sus familiares le llamaban «Dusty» Baker, pues allá en California salía a jugar pelota y regresaba polvoriento (dusty—en inglés) a su hogar. Nació John Baker en Riverside, en dicho estado el 15 de junio del 1949, por lo tanto tiene ya setenta calendarios de vida.

Entiendo que su selección como dirigente de los Astros de Houston ayer, 29 de enero de 2020, ha sido muy acertada por la gerencia mayor del equipo.

Conocí a «Dusty» allá para el 1971 cuando era un joven jardinero perteneciente a los Bravos de Atlanta. Desde entonces, me impresionó su personalidad vivaracha, su espíritu alegre, la gran confianza en su persona y que se defendía bien en eso de hablar el idioma de Cervantes.

Desde hacía varios días, el propietario de los Astros Jim Crane, venia manifestando, «Dusty está entre mis favoritos en lista para dirigir el equipo.»

El equipo, envuelto en el escandalo más grande en los últimos tiempos en la historia de Grandes Ligas, dada su participación ilegal en el pillaje de comunicaciones entre lanzadores y receptores de equipos contrarios que fue descubierto allá para el 2017, confrontara insultos, desprecio y ridiculización tan pronto comience su entrenamiento primaveral este próximo 17 de febrero, en West Palm Beach, Florida.

Mi análisis del viejo amigo es simple: «Dusty» es muy respetado como dirigente, admirado por sus colegas dirigentes y por peloteros. Habiendo compartido con él, inclusive en un viaje a Japón donde el dirigió al equipo «Todos Estrellas de las Grandes Ligas» frente e estelares de dicha nación en el 1996 pude ver como maneja a la prensa, a los peloteros y como los inspira para sacar lo mejor de ellos como persona y en el terreno de juego.»

Hace pocos días, el veterano hombre de béisbol que ha sido Davey Lópes (segunda base con raíces de Portugal) indico, «El atributo mayor que el posee es como se relaciona con las personas. No hay nadie mejor que el en el juego.»

Egresado de la Escuela Superior Del Campo en Sacramento, California, en el verano del 1967, «Dusty» fue seleccionado por los Bravos de Atlanta en el sorteo anual de peloteros. Entre 1968 y 1986 vio acción en las Mayores con los Bravos, Dodgers de Los Ángeles, San Francisco y Oakland.

Su hoja de servicios refleja para la historia un promedio ofensivo de .278 y entre sus 1981 imparables encontramos que conectó 320 dobles, 23 triples y 242 jonrones, Además, anotó 964 carreras e impulsó otras 1013. Experimento dos selecciones al equipo «Todos Estrellas» de la Liga Nacional, ser miembro en el 1981 de los Dodgers cuando ganaron la Serie Mundial y el haber ganado un «Guante de Oro» y dos «Bates de Plata».

«Dusty» disfrutaba tener en su boca un palillo de dientes…en un partido en Los Ángeles el 2 de octubre del 1977, «Dusty» conectó su jonrón número 30 de la temporada y al llegar al plato, en la algarabía que se formó, saludó a Glenn Burke con un choque de manos abiertas con los brazos estirados hacia arriba y eso provocó lo que en inglés…en el ambiente peloteril se conoce como…¡en el primer saludo «high five» (cinco dedos en alto) en la historia de las Mayores!

Otro dato interesante que recordamos es que el 8 de abril del 1974, en juego de los Bravos frente a los Dodgers en el Atlanta Fulton County Stadium…»Dusty» estaba en el círculo de espera cuando Hank Aaron conecto su jonrón 715 para entonces superar el record de todos los tiempos del Yankee de Nueva York, Babe Ruth.

En varias ocasiones durante los 1970, antes de que se convirtiera en un Dodger de Los Ángeles, percibí la unión de «familia» entre «Dusty» y Hank Aaron…al igual que con el jonronero Boricua, Orlando Cepeda.

Sobre la relación con Cepeda, jamás olvido que temprano en los 1980, Orlando abrió una escuela de béisbol en el área metropolitana de San Juan, Puerto Rico. «Dusty» y el glorioso lanzador de Republica Dominicana miembro del Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, Nueva York, Juan Marichal, con mucha alegría fueron invitados a la escuela y pasaron días en la Isla como invitados de honor compartiendo con una gran cantidad de jóvenes peloteros de varias edades.

Durante la Serie Mundial 1981 en el hogar de los Yankees de Nueva York charle con Dusty y recordó a Puerto Rico donde jugó con los Cangrejeros de Santurce (temporada 1971-1972). En una grabación comentó, «Tuve suerte pues en mis comienzos con Atlanta tuve como amigos y mentores a Hank Aaron y Orlando Cepeda.»

Tras su retiro en el 1986 no se alejó del juego y ya para el 1988 estaba de adiestrador en Ligas Menores. Para el 1993 estaba dirigiendo a los Gigantes de San Francisco donde estuvo hasta el 2002. Luego dirigió a los Cachorros de Chicago (2003-2006), Cincinnati (2008-2013) y a Washington (2016-2017).

Hasta el presente, en su historial como dirigente en las Mayores ha ganado 1863 juegos frente a 1636 derrotas (.532%). Además con San Francisco fue nombrado Dirigente Más Sobresaliente de la Liga Nacional en tres temporadas (1993-1997-2000). Con cada equipo que ha dirigido en total todas sus estadías con cada cual han finalizado con records ganadores.

En el 2015 fue exaltado al Salón de la Fama de la Bahía (San Francisco-Oakland, California) y desde el 2018 hasta su reciente nombramiento como dirigente de Houston fue Asesor Especial en la Gerencia de los Gigantes.

Sin embargo….me preocupa su salud, pues en tiempos más bien recientes ha derrotado al cáncer de la próstata, latidos irregulares del corazón y un derrame cerebral.

Sobre como mira hacia su futuro, manifestó hace pocos días, «Como dirigente quiero ser el primer Negro en el Salón de la Fama. Pero más que nada deseo ser dirigente de un equipo campeón de la Serie Mundial. Por eso quiero estar con Houston.»

Conociendo a «Dusty» Baker desde hace ya unos cincuenta calendarios, aunque no le veo en persona hace algunas temporadas, sé de qué está hecho. En mi apreciación está más que preparado para confrontar el reto, tal vez, más grande de su vida…ser el Astro de Houston número uno…en tiempos marcadamente difíciles…¡todo a base de pillos beisboleros!

En mi mundo de los recuerdos le veo con su andar de «jodedor buena gente—sabio beisbolero— buena gente y hombre de buena voluntad-digno de ser emulado dentro y fuera del terreno.»

¡Ruego a Dios le cuide! Su amistad me ha hecho mejor persona…gracias a su contagioso positivismo.

En el orden acostumbrado a «Dusty», Orlandito Cepeda, Orlando Cepeda y Rodríguez-Mayoral, quien en unión de José Julián Álvarez (La Cruz Azul de Puerto Rico) ayudó a Orlando Cepeda en su escuela de béisbol en San Juan, Puerto Rico, temprano en la década de los 1980.

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