Fay Vincent: respetable amigo que libra su más fuerte batalla

El Comisionado del Beisbol de Grandes Ligas, Fay Vincent (1989-1992) y el autor Luis Rodriguez-Mayoral, compartiendo en el «lobby» del hotel en Oakland durante la Serie Mundial 1989, donde se hospedaban. Su amistad data desde el 1989, teniendo como el máximo común denominador el amor por el béisbol.

Nació Francis Thomas Vincent Jr. el 29 de mayo de 1938 en Waterbury, Connecticut, hijo de Alice Lynch, maestra de profesión, y Francis Thomas Vincent, empleado de una firma telefónica y amante de los deportes.  Se crió el amigo de raíces irlandesas en la religión Católica.

Egresado del prestigioso Williams College (fundado en el 1793) en Massachusetts en el 1960, Fay (como popularmente le llamaban) recibió su grado en leyes la Universidad de Yale en el 1963.

Mientras estudiaba en Williams College, en un vacilón entre estudiantes, se cayó de su dormitorio en un cuarto piso y sufrió serias lesiones en la espina dorsal y en ambas piernas.

El diagnostico original dictaminó que jamás volvería a caminar, sin embargo, supero su condición y hasta el presente camina con la ayuda de un bastón.

De su padre «heredó» su interés por el mundo deportivo, particularmente el béisbol. Desde joven estuvo allegado a la familia del otrora Presidente de los Estados Unidos George H.W. Bush…siendo amigo de su hijo, George W. Bush, quien fuese propietario de los Texas Rangers y luego emuló a su padre como primer mandatario de la nación.

Su carrera en el campo de las leyes le vio ejecutar con prestigiosas entidades. En el 1978, por ejemplo, ocupó la presidencia de Colombia Pictures y en l986 fue nombrado vice presidente ejecutivo de Coca Cola.

Cuando Bart Giamatti fue nombrado Comisionado del Béisbol de las Grandes Ligas en el 1989, Fay Vincent se convirtió en su asistente ejecutivo.

Ese verano del l989, conocí a Fay Vincent dada mi relación personal con Giamatti. De inmediato surgió afinidad entre ambos, creo que, por el amor de ambos hacia el juego. Descubrí en Fay Vincent un hombre serio de poco hablar…pero de nobleza genuina. Muy propio siempre ha sido en su compartir con las personas.

Durante el Juego de Estrellas 1989, presencie dicho clásico en Anaheim, California, sentado justamente a su lado detrás del banco de la banda izquierda. Allí también, en dicho palco, estaba la honorable Vera Cristina Vda. de Roberto Clemente y el Comisionado Giamatti.

Un par de temporadas antes, siguiendo la iniciativa del Comisionado Peter V. Ueberroth, la Oficina del Comisionado había comenzado a entregar el Premio Roberto Clemente sobre el terreno de juego y Giamatti y Vincent solidificaron esa costumbre. Durante muchas temporadas la entrega del premio se hacía en salón del hotel donde se hospedaban los comisionados. Este servidor sugirió a Ueberroth hacerlo donde más despliegue tuviese la entrega.

Giamatti falleció apenas cinco meses después de ocupar su cargo…el 1ro de septiembre del 1989 y por ende Fay Vincent se convirtió en el octavo comisionado en la historia de Grandes Ligas.

Su reinado en el béisbol duro entre el 13 de septiembre del 1989 y el 7 de septiembre del l992. Un grupo de propietarios bajo el mando del entonces máximo líder de los Cerveceros de Milwaukee, Bud Selig, entendieron que Vincent no cumplía a cabalidad sus labores.

Su reinado como que estuvo abrumado por cuestiones obrero-patronales con la asociación de peloteros, la tardanza en la inauguración de la temporada 1990, su multa al propietario de los Yankees de Nueva York por su trato sucio con el pelotero Dave Winfield (30 de julio del 1990), el caso de colusión de los propietarios con relación a los salarios de los peloteros desde los 1980, como ejemplos. Para esa época la gran mayoría de los problemas en las Grandes Ligas tenían raíces sembradas de mucho antes de Vincent ser comisionado.

La posición del Comisionado del Béisbol de Grandes Ligas en gran parte requiere «ejecutar el deseo de la mayoría de los propietarios». Fay Vincent no fue ese «mandadero», pues el creía en la libertad de ejecutar a base de sus principios, en la mayoría de las situaciones, con justicia en mente.

Jamás olvido que temprano en la década de los 1990, Fay Vincent le advirtió a los propietarios de equipos que el béisbol de Grandes Ligas tenía que batallar arduamente contra el «cáncer de esteroides» entre peloteros. En mi apreciación nadie le hizo caso.

La verdad del caso es que Vincent ha amado el béisbol toda su vida. Hubiese seguido amando el juego sin haber sido su máximo líder. En otras palabras…el no necesitaba de las Grandes Ligas para vivir y ser exitoso.

Poco después de abandonar su puesto en el 1992, dijo Fay Vincent, «Hacer este trabajo sin incomodar a un propietario es imposible. No puedo complacer a los (entonces) 28 propietarios. Espero ellos aprendan esta lección antes de que ocurra más deterioro.»

Luego de su retiro, Vincent ha logrado aportaciones importantes al juego como historiador y autor.

Es respetado colega y educador de sangre Boricua residente en la ciudad de Nueva York, Daniel Torres, trajo ante mi persona el hecho de que Fay Vincent a los 81 calendarios de vida está padeciendo de leucemia.

Hace pocos días manifestó el respetado amigo de unos 30 calendarios, Fay Vincent:

«Es mi cerebro lo que aún me define. Cuando estoy pensando…estoy viviendo. Alimento mi cerebro mediante la lectura. Eso es lo único que me separa del cáncer que me ataca. Sé que fracasare tratando de irme de forma noble en esa buena noche. Tal vez, mediante dicho fracaso recordare que aún estoy vivo.

«A pesar de mi cuerpo en deterioro…aun puedo aprender, educar y luchar por vivir con dignidad.»

¡Palabras con luz del respetado amigo, Fay Vincent!

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