José Oquendo: boricua que le dio lustre al béisbol

Su nombre…José «Cheo» Oquendo, nació en Rio Piedras, Puerto Rico, el 4 de julio en el 1963. El 15 de abril en el 1979, contando con solamente 15 anualidades de vida, se convirtió en pelotero profesional con la organización de los Mets de Nueva York.

Contando ya con 57 anualidades de vida, «Cheo», tengo entendido reside en la periferia de Stuart, Florida, tras tres décadas y media vinculado a los Cardenales de San Luis como pelotero, adiestrador y dirigente en sus Ligas Menores así como «coach» (adiestrador) a nivel de las Grandes Ligas.

Desde que conocí a Oquendo, temprano en la década de los 1980, me percaté que era un joven muy bien educado socialmente, inteligente y con un profundo amor para con el béisbol. Su físico de 5 pies con 10 pulgadas y 160 libras era indicativo de que con muchas probabilidades no sería bateador de gran poder, sin embargo poseía los atributos para ser un jugador de cuadro interior…prioritariamente en el jardín corto y la segunda base.

Oquendo debuto en las Grandes Ligas con los Mets en juego frente a Houston el 2 de mayo en el 1983 y en su único turno ofensivo frente a Frank Lacorte fue eliminado en jugada forzada de la tercera base al jardín corto.  ¡Tenía ese día 19 anualidades con 302 días de vida!

En su historial de las Mayores participó durante dos jornadas con los Mets (1983-1984) viendo acción en 201 partidos y bateando al son de .217.

Durante la temporada del 1985, jugó con el equipo «AAA» de San Luis en Louisville, Kentucky, de la Asociación Americana.

En sus restantes 10 jornadas lució el uniforme de los Cardenales de San Luis (1986-1995) logró promedio ofensivo de .264, obteniendo muchísimos méritos como un jugador «suplente-deluxe» dada sus habilidades de jugar múltiples posiciones a la defensiva.

Durante la jornada 1988, Oquendo jugó en todas las 9 posiciones defensivamente y se solidifico su «mote» como «The Secret Weapon» («El Arma Secreta») y en total cometió solamente 11 errores en 148 partidos. En Puerto Rico, jugó las nueves posiciones en un juego el 4 de enero de 1995.

Entre las jornadas 1987-1988-1991, cuando durante tres juegos que ejecutó como lanzador…no permitió jonrón alguno frente a los 37 bateadores que se enfrentó.

A todo lo ya informado, traigo antes ustedes sus dos mejores temporadas siendo mayormente defensor de la segunda base:En el 1989 durante 156 juegos cometió solamente 5 errores y fildeo para un magnifico promedio de .994%. Durante el 1990, en 150 partidos cometió solamente 3 errores y fildeo para un magnifico .996%.

Su fildeo global, defendiendo cada una de las 9 posiciones con el «guante en la mano», promedio de por vida un magnifico .983%.

En cuanto a su bateó, Oquendo en los 1190 juegos que participó en las Mayores logró promedio de .256…logró 821 imparables con 339 carreras anotadas y 254 impulsadas. De sus «hits» 104 fueron dobles, 24 triples y 14 jonrones.

No puedo olvidar que en el 1989, Oquendo quedó líder en la Liga Nacional con 126 sencillos (‘hits’). Esa temporada, también, fue líder de su liga con 163 juegos en los cuales participó.

Su último juego en «El Mejor Béisbol de Mundo» aconteció frente a los Piratas de Pittsburgh el 29 de septiembre en el 1995, sin lograr imparable alguno en cuatro turnos al bate.

Hace ya unas dos décadas que no hablo con «Cheo», siendo la última vez durante el verano del 2000 en el Comerica Park de Detroit.

Sin embargo, recuerdo dos ocasiones para mi inolvidables: Serian las dos de la tarde en el Metrodome de Minnesota donde había arribado horas antes del primer juego de la Serie Mundial 1987 entre San Luis y los Gemelos.

¡La fecha…sábado…17 de octubre en el 1987!

Al entrar al terreno de juego, tal vez, cinco horas del juego vi a lo lejos a un solitario pelotero….José «Cheo» Oquendo y a alguna distancia uno que otro encargado del mantenimiento del campo de juego.

Tras el habitual saludo, entre otras cosas comento, «Llego bien temprano al parque todos los días. Este es mi trabajo y lo tomo muy en serio.»

Esa noche, «Cheo» se convirtió en el primer pelotero Boricua en la historia en participar en un juego de Serie Mundial bajo techo. En ese «Clásico Mundial» el Boricua vio acción en 7 partidos y bateo al son de .250 durante derrota en siete juegos de los Cardenales.

Tras su retiro como activo, durante el 1997 y 1998, «Cheo» fue adiestrador y dirigente en las Ligas Menores de San Luis con los Cardenales de New Jersey en la Liga New York Penn. Ya en el 1999, le integran al elenco de «coaches» a nivel de Grandes Ligas.

Su labor con San Luis, en parte de una lesión en una pierna que no le permitió trabajar en el 2016, continuó luego en varios niveles de instrucción en las Ligas Menores. Lo último que he sabido de «Cheo» es que ocupa una posición gerencial en materias del juego como asesor a la gerencia general del equipo.

Para «Cheo» Oquendo las figuras de «Nino» Escalera, legendario pelotero que fue de Puerto Rico y quien fuese buscatalentos de los Mets de Nueva York en Puerto Rico, y del recordado primera base, Victor Pellot Power…fueron de magna importancia en su vida como pelotero y ser humano.

Lo otro que no puedo olvidar como manifesté anteriormente es: No recuerdo si fue en el 1987 o en el 1990…»Cheo» me invitó a su querido Barrio Caimito en las afueras de Rio Piedras, Puerto Rico, pues allí le celebrarían un acto en su honor.  Literalmente todo el mundo estaba allí y me percaté por las vibras de las personas lo que «Cheo» significaba para ellos. En el ambiente como que rondaba un «ángel divino» enviado por Dios. La presencia de un pelotero humilde y de pocas palabras les había brindado una plataforma emocional impactante mediante sus ejecutorias a muchas personas que, tal vez, se sentían olvidadas. Allí experimente la magia del béisbol…pero sobre todo la magia de Dios.

(FOTOS)—A la izquierda vemos a «Cheo» Oquendo y Luis Rodríguez-Mayoral durante el verano del 2000 en el Comerica Park de Detroit y a la derecha el eficiente pelotero que fue, Oquendo, en tiempos relativamente recientes. (La primera foto cortesía de Bill Eisner).

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