Manny Sanguillén: hablando con un hermano del alma

Colón, Panamá…es la segunda ciudad más grande en la hermana república centroamericana del «Gran Canal».  Localizada muy cerca de la entrada del norte (en el Océano Atlántico) del mundialmente famoso canal que comenzó a operar en el 1914, allí nació un gran receptor de Grandes Ligas que fue…Emmanuel de Jesús Sanguillén…el 21 de marzo del 1944.

El nombre oficial de Manny es Emmanuel y de Jesús se lo puso el doctor que asistió a su madre en el parto.  En reciente charla desde su hogar en Pittsburgh, recordó, «Fui el primero de trece hijos en nacer en un hospital y en total mis padres (Helio Sanguillén y Zoila Magan) tuvieron trece.  Mi papá tenía un bote de vela y era pescador. Por eso digo que fui un chamaco playero.  Me gustaban los deportes…el boxeo, el futbol-soccer y el baloncesto. Lo más cerca que estuve del béisbol fue que era el que le llevaba agua a los jóvenes que jugaban con mi hermano».

Sobre sus inicios en el deporte que lo hizo famoso me indicó: «Te digo la verdad, si no me equivoco comencé a jugar pelota a los 19. Jugaba en el cuadro interior y en los jardines. La receptoría no era mi posición favorita».

Gracias a los buscatalentos de los Piratas de Pittsburgh, Herb Raybourne y Howie Haak, Manny se convirtió en profesional a los 22 calendarios de vida. Para ese tiempo, jugaba en una liga amateur.

Nuestra charla continuó: «Boston, San Francisco y Houston, también se interesaron en mí. Pero me agrado mucho el trato de los buscatalentos (escuchas de los Piratas) supervisados por el gerente general del equipo, Joe L. Brown».

Manny se convirtió en profesional el 2 de octubre del 1964, gracias a una bonificación escalonada que totalizó al llegar a las Mayores con Pittsburgh,  unos $8,000.00.

Ya para el 1967 había llegado a las Grandes Ligas. Su primer juego fue el 23 de julio, frente a Houston, y se fue en blanco en cinco turnos al bate. Al final de temporada había bateado .271 en 31 juegos y se sentía mejor en los Estados Unidos.



Sin embargo, no olvida lo difícil que fue su adaptación a ese país, a su cultura y el aprender inglés.  Recordó, entonces, a su mejor amigo en la vida….Roberto Clemente.

Cuando joven en Panamá, seguía un tanto el béisbol de Grandes Ligas. Recordó en nuestra charla algo interesante y fue específico: «Allá para el 1963 en un juego frente a los Gigantes de San Francisco, Clemente bateó muy bien…creo que logró un jonrón y cuatro o cinco hits. Willie Mays de los Gigantes conectó dos jonrones. Allá en Panamá la prensa y en otros lugares se decía que Clemente no comparaba con Mays.  Clemente dio su opinión y desde ese día comencé a seguirlo y respetarlo. Así fue que supe de Roberto por vez primera en mi vida».

En su mente floreció otro recuerdo: «Temprano en el 1965, durante el invierno, los Piratas me invitaron a una festividad en Pittsburgh y en Miami coincidí con Roberto en el mismo avión. Roberto había volado de Puerto Rico y yo de Panamá.  Ya en el aeropuerto de Pittsburgh le vi…bien vestido con un traje color chocolate y me le presenté. Le dije que buscaría un taxi para la ciudad y de inmediato me dijo que quería que fuera con él pues el chofer del equipo lo estaba esperando.  Entonces, al llegar al hotel se me dijo que Roberto y yo competiríamos la misma habitación. De pronto muchísimas personas ¨le cayeron encima¨ pidiéndole autógrafos y queriendo hablar con él.  Por mi parte, respeté su situación y Manny Mota (gran pelotero de Republica Dominicana) y el gerente general, Joe E. Brown, me consiguieron una habitación pequeña. Ese día fue que conocí y compartí por vez primera con Roberto».

Sobre la ciudad de Pittsburgh en esos tiempos, recordó: «Los fanáticos siempre fueron buenos conmigo. Desde mi primer juego con los Piratas supe que yo no sería un favorito de varios peloteros por razones obvias (siendo Latinoamericano de piel negra que no hablaba buen inglés). Pero toda mi vida recibí sabios consejos de mi padre, Helio, y gracias a mi crianza cristiana pude soportar las injusticias. Roberto, además, me daba consejos sabios como persona y pelotero».

Para finalizar sus recuerdos de Roberto, me comentó: «Poco después de conocerlo, Roberto me dijo que quería que yo fuera su amigo. Imagínate como me sentí…un joven de Panamá comenzando mi carrera en Grandes Ligas.  Cuando Roberto hablaba yo escuchaba…como me había dicho mi papa con relación a personas buenas. Roberto para mí fue un hermano mayor. Y para el 1970-1971 estando jugando en Puerto Rico con San Juan….joven aun…me condujo a que fuese a la Iglesia una vez más».

Entre 1970 y 1981….Manny jugó en Puerto Rico en distintas ocasiones con San Juan, Bayamón, Ponce y Arecibo. La página en el internet de Jorge Colón Delgado, Historiador Oficial de la Liga de Béisbol Profesional-Roberto Clemente (https://beisbol101.com/manny-sanguillen/) dicta que en la Isla bateó para .300 de por vida y ofrece más información sobre el recordado receptor.

Manny siempre fue de los mejores bateadores en la historia de Grandes Ligas en eso de hacer contacto con lanzamientos malos…fuera de la zona de ¨strikes¨. Además, se distinguió ya que usaba un bate bien pesado de 40 onzas.

En las Mayores en 1448 juegos bateó .296 con 1500 imparables y fusiló a 39% de corredores en intentos de robos de base en su contra. En las Series Mundiales (1971 y 1979 ganadas por los Piratas) logró promedio ofensivo de .375.

En tres ocasiones fue elevado al Juego de Estrellas por la Liga Nacional (1971-1972-1975).

Durante su estadía en «El Mejor Béisbol del Mundo» (1967 a 1980) lució los uniformes de Pittsburgh y Oakland. Su último partido fue con los Piratas frente a los Cachorros de Chicago y se fue en blanco en tres turnos al bate.

Vi a Manny en persona el pasado 16 de septiembre en Pittsburgh. Afectado por dolencias en sus rodillas y espalda…camina con un andador que le sirve de asiento a la vez. Esta bajo tratamiento médico y en un programa de ejercicios que lo está ayudando marcadamente.

En Pittsburgh es una leyenda y los fanáticos son «locos» con él. La gerencia de los Piratas y la Asociación de sus Peloteros Retirados lo tratan muy bien. Manny reside en esa ciudad con familiares y recibe, en humildad, todo el respeto y toda la admiración que allí se le profesa.

Sobre su tierra querida…Panamá, comentó: «Voy de vez en cuando. Aún tengo familia allí y disfruto mucho las visitas».

Manuel de Jesus Sanguillén cumplirá 76 calendarios de vida el próximo 21 de marzo. Ahora recuerdo haberle entregado durante ¨El Día del Pelotero Latinoamericano 1975¨ en el desaparecido Estadio Tres Ríos en Pittsburgh el Premio Roberto Clemente.

Un último recuerdo trajo a nuestra reciente conversación, ¨El primer día de la temporada 1973 (6 de abril) cuando se retiró en Pittsburgh el número 21 de Roberto Clemente…yo jugué su posición…el jardín derecho. El ultimo «out» del juego fue un bombo a mis manos….me sentí feliz pues Verín (Vera la viuda de Roberto y como una hermana para Manny) se puso contenta cuando le dije que jugaría la posición de Roberto.  Cuando vi el bombo que bateo Lou Brock bajando hacia mi guante pensé que Roberto me miraba desde el cielo y en silencio le dedique ese inolvidable momento a ambos….Verín y Roberto».

Que no se me olvide…nuestro hermano del alma de hace medio siglo…Manny Sanguillén…lee y vive por la Sagrada Biblia…¡todos los días de su vida!

(Fotos) Manny recibe un abrazo de hermano de parte del autor, Luis Rodríguez-Mayoral, en Pittsburgh el 16 de septiembre del 2019.  En la foto de abajo, dos grandes peloteros de la América Latina, a la izquierda, Manny Sanguillén con su mentor, Roberto Clemente.  

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