Santos Alomar: su vida dentro y fuera del béisbol

Para ser un pelotero respetado en las Grandes Ligas no hay que ser jonronero, ni tener un promedio ofensivo de por vida de, por ejemplo, sobre los .300…ni ser un consecuente ganador de «Guantes de Oro» o acaparar miles y miles de titulares en los medios noticiosos.

Con entrega total hacia la profesión, teniendo un intelecto analítico sobre la situación de juego que sea, anticipando continuamente la próxima jugada, conociendo la mentalidad peloteril de los dirigentes contrarios, demostrando accesibilidad para aconsejar a peloteros más jóvenes sobre la vida en el beisbol dentro y fuera del terreno de juego y teniendo la mente bien «metida» en cada juego aun no participando en el mismo…se logra ser respetado.

Así fue Santos Alomar durante sus 15 temporadas en las Mayores.

Haber jugado en ese beisbol es algo como poseer un valioso «álbum» de grandes recuerdos.

Recientemente mi apreciado hermano, Santos, compartió algunos de sus recuerdos personales que «dormían» en su álbum:

Durante las jornadas 1974-1975-1976, Santos jugó con los Yankees de Nueva York bajo el dirigente Billy Martin en las últimas dos y relató, «Billy y yo nos llevamos muy bien y en ocasiones, producto de su explosivo carácter al discutir con algún arbitro, era expulsado del juego. Él se escondía en el túnel que conducía al banco de los Yankees, me comunicaba las instrucciones y a la vez con mis brazos…con mis manos o con otros movimientos corporales se las comunicaba al adiestrador («coach») de la tercera base y así estando fuera del juego no perdía el control de su equipo.»

Durante nuestra más reciente charla se refirió a su difunta madre, Rosa María Conde, «Recibí una linda crianza de mis padres y ella siempre me decía que era importante tener buen crédito ya que nunca estarás falto de dinero…que tuviera buenas relaciones con las personas y de esa forma nunca estaría solo. Además, a la vez me decía que mientras pudiese, caminara solo y que mis mejores amigos siempre serian mi padre y ella.

Entonces, trajo a colación a un dirigente y buen pelotero que fue en las Mayores, Eddie Stanky, y comento, «Eddie me dirigió con los Medias Blancas de Chicago en el 1967-1968. Para él era muy importante que sus peloteros, aunque sentados en el banco, estuvieran al tanto de lo que estaba pasando en el juego.

«De momento venia hacia donde uno y te preguntaba cuál era el conteo en el bateador…como estaban las anotaciones…en que entrada estaba el juego…cuantos «outs» había y demandaba, que sin mirar a la pizarra de anotaciones, respondiera. Eso me hizo entender la importancia de la concentración en el juego que todo profesional debe tener.

Luego compartió experiencias personales con grandes peloteros y amigos como el inmortal de los Medias Rojas de Boston, Ted Williams, «Conmigo fue bien amable…una vez me dijo que yo era un bateador «pesky» (molestoso)…difícil para los lanzadores. Para mí eso fue un enorme elogio viniendo de uno de los mejores bateadores en la historia.»

Sobre el legendario receptor de los Yankees, «Yogi» Berra, recordó, «Estando con los Yankees en el 1976, él era «coach» y nos llevamos muy bien. Hablábamos mucho, me dio buenos consejos en el plano personal y sobre muchos aspectos del beisbol. Me decía que cuando él estaba detrás del plato como receptor, se pasaba hablándole a los bateadores para interrumpir sus concentración. Él era un chiste.»

Entonces hizo breves comentarios de otros peloteros-amigos en su carrera…»Willie Mays era otro que bromeaba conmigo…era sencillo y nunca me llamó por mi nombre…siempre me decía «Chico»…Elston Howard (receptor y primer Negro en las historia de los Yankees) era muy decente, serio, pero amigable y muy positivo…fue mi «coach» con los Yankees…los dominicanos Felipe Alou y Rico Carty fueron mis amigos, mis guías, cuando estuve con Milwakee y Atlanta…los recuerdo de manera especial y ambos no me llamaban por mi nombre…me decian «Karajito».

Con alegría recordó su hermandad con el histórico lanzador de Cuba, Luis Tiant, «Él fue un gran, gran lanzador…me decía que respetaba mucho mi bateo…que yo no era un «out» fácil. Lo recuerdo con mucho respeto.»

Además, nos habló sobre su amigo-hermano especial…Hank Aaron…el glorioso jonronero con quien compartió con los Bravos en Milwaukee y Atlanta, «Él fue un ser bien especial en mi vida. Me dio valiosos consejos sobre el bateo. Me dijo que cada vez que iba a batear él tenía como un cuadrado «dibujado en su mente» y trataba cada vez de no salirse del mismo al hacerle «swing» a los lanzamientos.»

«Cuando jugábamos en otras ciudades, compartimos habitaciones en los hoteles y cuando el equipo de mudó a Atlanta en el 1966…yo era joven, mi salario era más bien básico…por un tiempo me quedé en su residencia y el me dejaba usar su auto. Ese fue Hank para mi…familia…un hermano.»

En el beisbol invernal de Puerto Rico y en las Grandes Ligas siempre vi muy bien vestido en su uniforme de juego a Santos, inclusive desde temprano en los 1970 me percaté que sus «ganchos de juego…sus spikes» siempre estaban bien brillados al tirarse al terreno de juego.

Al respecto comentó, «Toda mi vida respeté mi profesión…respeté el juego de beisbol. Un gran pelotero, Vada Pinson, que jugó conmigo con California, fue de gran influencia en mi vida. Vada jugó conmigo en el 1972 y en el 1973. Fue un tremendo bateador y fildeador.»

«Por cosas del destino nos convertimos en muy buenos amigos y me daba consejos muy buenos de hombre a hombre y como pelotero…murió joven…me llamaba «Sonny» (hijito) y yo le llamaba «Dad» (padre).»

«Con el mejoré en eso de lucir bien en uniforme. Esa fue mi manera de comunicarle a los fanáticos mi respeto hacia el juego…y hacia ellos.»

Tras su retiro, luego de la jornada del 1978 con Texas, Santos se mantuvo unido al juego en distintas capacidades…como instructor con varias organizaciones de Grandes Ligas en distintos niveles de clasificaciones en las Ligas Menores y dirigente interino cuando fuese necesario.

A nivel de las Grandes Ligas, entre el 1986 y el 2009, fue «coach» de San Diego, Cachorros de chicago, Colorado y Mets de Nueva York.

El 9 de mayo en el 2009, Santos dirigió un juego oficial de los Mets, tras estar suspendido el dirigente en propiedad, Jerry Manuel. En Nueva York los Mets recibieron la visita de Philadelphia y vencieron 10 carreras por 1.

Santos tomó la oportunidad como algo hasta cierto punto «rutinario»…pero no se olvida que en su alineación estaban los siguientes peloteros de Puerto Rico…Carlos Beltrán, Ramon Castro, Alex Cora y Carlos Delgado.

En Puerto Rico, dirigió a Arecibo, Caguas, Ponce y Santurce. Fue proclamado «Mejor Dirigente de la Liga» en el 1985-1986 con Santurce, en el 1994-1995 con Ponce y en el 2000-2001 con Caguas, según el portal beisbol101.com del colega e Historiador Oficial de la Liga de Beisbol Profesional de Puerto Rico-Roberto Clemente, Jorge Colón Delgado.

De pronto, Santos, que es un ser marcadamente agradecido, comentó, «No puedo olvidarme de otro gran pelotero muy importante en mi vida….Tommy Davis (campeón bate de la Liga Nacional con los Dodgers de Los Ángeles, en 1962 y 1963).

«Con los Medias Blancas de Chicago en el 1968 nos hicimos buenos amigos y se convirtió en otro que se interesó en mi carrera y en eso de ayudarme como persona. Cuando jugamos fuera de Chicago compartimos habitaciones en los hoteles…él fue como otro hermano.»

«Con Tommy durante días libres iba al «South Side» de Chicago y conocí a los componentes de mi grupo de cantantes favoritos en ingles…»Los Platters» y no olvido que un día me presentó al gran boxeador Muhammad Ali…quien de inmediato, con unos movimientos de los pies («shuffle») increíbles…como lo hacía en el cuadrilátero y tirando golpes al aire, me invito a boxear.»

«Simplemente le dije muy serio, «No puedo, campeón, boxear contigo…no te quiero lastimar y Ali se hecho a reír.»

Hablando de todo un poco, cuando Santos fue por vez primera a jugar a los Estados Unidos en el 1961 ya podía conversar algo en inglés, «Desde bien joven en la escuela me interesé mucho en la matemática y el inglés. Por lo tanto me pude defender bastante y no fue tan problemático para mi enfrentar ese obstáculo en el principio de mi carrera.»

El único «Juego de Estrellas» de Santos fue el del 1970, por la Liga Americana en Cincinnati el 14 de julio…ante 51,839 fanáticos. En 12 entradas la Liga Nacional ganó 5 carreras por 4.

Al respecto, dijo, «Fue algo bien impresionante estar allí con los mejores peloteros del Mundo y no olvido a mis hermanos de América Latina como Luis Aparicio (Venezuela), Rod Carew (Panamá), Rico Carty (Republica Dominicana), Miguel Cuellar (Cuba), Félix Millán (Puerto Rico), Tony Oliva (Cuba), Tany Pérez (Cuba) y nuestro Roberto Clemente.»

En la última entrada (la duodécima) Roberto bateó rolata hacia mí en segunda base y en mi único turno, en la misma entrada, le había bateado un «bombo» a sus manos en el jardín derecho…de eso jamás me olvidaré.»

Con mucho orgullo lleva Santos el hecho de que con sus hijos Roberto y «Sandy» dejaron para la historia muchos logros: participaron en 5237 juegos y conectaron 5128 imparables en 18,363 turnos oficiales al bate para un promedio colectivo de .279 mientras conectaban 335 jonrones.

Entre los tres…fueron elegidos para ver acción en 19 «Juegos de Estrellas».

Ya finalizando, dijo Santos, «Aplaudo a todos los lideres y dirigentes del beisbol infantil y juvenil en y fuera de Puerto Rico por el tiempo que dedican a crear mejores futuros para nuestra juventud…son personas muy sacrificadas y merecen reconocimiento.»

Después de su retiro, Santos ha participado en muchas clínicas de beisbol para nuestra juventud pero me confesó, en su acostumbrada humildad, «Para mí ha sido algo grande el que en unión a Robert (su hijo) hemos ofrecido clínicas en prácticamente todo Canadá.»

Muy orgulloso esta Santos de sus hijos, «Es un sentir bien bonito cuando tus hijos siguen tus pasos…(en el beisbol)…más si lo hacen con el éxito de los míos.»

«El día que Robert entró al Salón de la Fama (domingo, 24 de julio del 2011) en Cooperstown, Nueva York…eso fue algo muy grande para nuestra familia.»

«Me sentí tan orgulloso…sentado frente a la tarima y ver a mi hijo con tantos peloteros gloriosos…con muchos de los cuales jugué, con o en contra, que están en el Salón de la Fama…que alegría sentí.»

Pensar en Santos Alomar en el presente es resaltar su entrega total a lo que fue su profesión como pelotero…es recordar que siguió sabios y prácticos consejos de sus padres y que posee continuos deseos de emular el ejemplo de Dios en sentimientos para con la humanidad.

En simples palabras…Santos jamás se embriago en la «gloria terrestre» que el beisbol le propicio. Él se graduó de la «vieja escuela» de valores…que es mucho mejor de la que se vive en la actualidad!

(FOTOS)—-Arriba, a la izquierda, Santos Alomar en sus comienzos con California y luego cuando era «coach» de los Mets de Nueva York. En la foto en la parte baja vemos, de izquierda a derecha, vemos a Santos con sus hijos Roberto y «Sandy» en el Wrigley Field de Chicago con el autor, Luis Rodríguez-Mayoral, el martes, 10 de julio del 1990, horas antes del «Juego de Estrellas. (La segunda foto de Santos Alomar es de Wikipedia.)

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