Vera Cristina vda. de Roberto Clemente: Honorable Dama de Puerto Rico

(Este ensayo va, respetuosamente, dedicado a todos los familiares de Roberto y Vera Clemente, particularmente, al hermano mayor de Roberto…su gran mentor, Matino).

En persona vi de cerca, siendo un adolescente, a Roberto Clemente estando en Puerto Rico en San Juan y Bayamón, respectivamente, en el 1959 y en el 1961.

Jamás me imagine que Dios había designado una ruta para que nos encontrásemos en nuestras respectivas vidas y posteriormente el honor de este que escribe de conocer a quien sería su esposa durante ocho calendarios….Vera Cristina Zabala.

Mis vínculos con los Piratas de Pittsburgh comenzaron en el verano del 1965, cuando en un vuelo de Miami, Florida a Puerto Rico conocí al legendario buscatalentos del equipo con relación a la América Latina, Howie Haak. A eso le sumo que ya por parte de mi familia materna en Ponce existía por mucho tiempo una bonita relación con el escucha del equipo en la Isla y excelente pelotero, el gran Pancho Coimbre.

Ese plan de Dios me llevo allá para el invierno del 1965, en unión a Howie y Pancho, a conocer a Vera y Roberto oficialmente en su hogar en la Urbanización San Agustín en Rio Piedras.

Recuerdo la amabilidad con la cual Vera Cristina y Roberto me trataron siendo yo, meramente, un estudiante universitario. Desde ese momento capte que Vera Cristina poseía algo como un ¨precioso ángel¨ de Dios que estaba a su lado.

Vera y Roberto se casaron en la Iglesia San Fernando de su querido pueblo, Carolina, el 14 de noviembre del 1964. Él la había visto en una farmacia de dicho pueblo anteriormente y al llegar a la casa de sus padres, le comentó a su querida madre, Luisa, que había visto a la joven con la cual de casaría.

Y seguimos recordando, más bien a vuelo de pájaro, el plan de Dios para Vera Cristina y Roberto.

En su matrimonio, físicamente existente, durante ocho calendarios con cuarenta y siete días….fueron los felices padres de Roberto, Luis y Ricky. En una ocasión nos manifestó Vera Cristina, ¨Roberto quería que los tres nacieran en Puerto Rico y para los partos viaje de Pittsburgh a la Isla para cumplir nuestros deseos.¨

Al fallecer Roberto el 31 de diciembre del 1972, en accidente aéreo a más o menos una milla al noreste del Aeropuerto Internacional de Puerto Rico, a eso de las 9:23 de la noche, en misión de buena voluntad para con las víctimas de terremotos en la periferia de Managua, Nicaragua, sus hijos tenían seis, cinco y dos calendarios de vida, respectivamente.

¡Vera tenia meramente treinta calendarios de vida cuando enviudo!

Desde el 1971, este servidor laboraba con los Piratas en Puerto Rico como escucha de los talentos en la Liga de Béisbol Invernal. A los dos días del fallecimiento de Roberto el gerente general del equipo, Joe L. Brown, a su arribo a la Isla, me manifestó en el Aeropuerto de Isla Verde, ¨Quiero que de inmediato seas el representante en la Isla de los Piratas.¨

Ya para finales de enero del 1973, ayude a Vera Cristina en el proceso de la creación oficial de la Ciudad Deportiva Roberto Clemente. Días después, en unión al Lcdo. Elfren Bernier, representante de Vera y Roberto, viaje a Pittsburgh para que el letrado recibiese información de varios aspectos importantes relacionados con el futuro de la familia.

Al pasar algún tiempo, el Gobierno de Puerto Rico dono 303 acres, a corta distancia de la costa norte de la Isla al sur del aeropuerto antes mencionado. Sin embargo, con el tiempo ese terreno resulto ser más bien uno muy pantanoso y finalmente nada estable se pudo construir sobre el mismo.

Este servidor y muchísimas personas somos testigos de lo antes expresado y damos fe de la honestidad y entrega total de Vera Cristina en sus labores para finalizar las funciones del gran deseo de su esposo con relación a la Ciudad Deportiva.

Y manifiesto esto con dolor en el alma…pues en mi Puerto Rico querido hay muchas personas enfermas con odio, envidia y frustraciones que sin saber de lo que hablan ¨matan a sus respectivas madres.¨

A Vera Cristina intentaron masacrarla! Sin embargo la Justicia Divina ha superado a los mal intencionados.

Desde que Roberto falleció, su viuda crió a los tres hijos con el dinero que su esposo produjo. Producto de su trabajo en el béisbol de Grandes Ligas, durante diecisiete temporadas, Roberto devengó solamente unos $800 mil. En otras palabras, Vera Cristina no trabajo…dedicó su vida a sus tres hijos.

Sobre la Ciudad Deportiva le manifestó a nuestra respetada amiga Claire Smith del ¨New York Times¨ hace un cuarto de siglo, ¨Roberto no quería la Ciudad Deportiva para lucro personal…el quería utilizar los deportes para unir las familias en Puerto Rico y si surgiera un atleta sobresaliente…se pondría muy feliz.¨

Tuve el honor durante muchos calendarios de pisar terrenos de juego de Grandes Ligas, durante temporadas regulares y primaverales…durante Juegos de Estrellas, etc., con la gran dama y hermana del alma…Vera Cristina! A todo esto apunto que me acompaño a varias celebraciones del ¨Día del Pelotero Latinoamericano» en las Mayores.

Desde el 1973, la dama Borinqueña le ha servido de gran ayuda a la Oficina del Comisionado. Por unos cuarenta calendarios, basada en buena fe…literalmente viajo el mundo beisbolero en misiones pro Grandes Ligas.

Finalmente allá para el 2011, le nombraron ¨Embajadora Internacional de Grandes Ligas¨ y le asignaron un sueldo. Se dieron cuenta, finalmente, de la valía de que ella representa y le hicieron justicia.

Hace pocos días, por este y otros medios, pedí respetuosamente, oraciones por la distinguida dama que se encuentra en un hospital en estado delicado de salud. Hace más o menos un mes compartí con ella en Pittsburgh en unión a dos legendarios Piratas de Pittsburgh…..Manny Sanguillen y Al Oliver, estelares en la receptoría y en primera base-jardines, respectivamente.

Me partió el alma verla caminar con dificultad del brazo de su yerna, Lorna (esposa de Ricky)…pero jamás olvidaré la brillantez en sus ojos cuando encontraron los míos.

En los ojos de Vera Cristina vi paz, vi alegría con ¨Toques Divinos¨…..y ahora…hoy domingo, 3 de noviembre del 2019, comprendo mejor aún que Vera y Roberto…siendo humanos…han sido un gran regalo de Dios para Puerto Rico y la humanidad.

(FOTO)—–Foto tomada en la primavera del 1987 en St. Petersburg, Florida, con el entonces Comisionado de Grandes Ligas, Peter V. Ueberroth, a la derecha. En el centro Vera Clemente y el autor Luis Rodríguez-Mayoral, izquierda. Ueberroth sabía de la valía de Roberto Clemente y Vera; y conocía la cultura Boricua, pues cuando joven residió un tiempo en Isla Verde, Carolina. (Foto cortesia de la Oficina del Comisionado).

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