Este pasado 5 de febrero del 2020, el extraordinario jonronero que fue Hank Aaron, cumplió 86 calendarios de vida.
De raíces humildes, nació en Mobile, Alabama, en el sur de los Estados Unidos…tierra de un brutal racismo en el pasado y de un racismo disimulado-hipócrita en el presente. Desde chamaquito comprendió cuan hiriente dicho cáncer social es para los Negros.
Militó Hank Aaron en el «Mejor Béisbol del Mundo» durante 22 temporadas (1954-1976) con Milwaukee y Atlanta en la Liga Nacional y nuevamente Milwaukee en la Liga Americana.
El jardinero derecho que primordialmente fue, dejó para la historia un promedio de .305, con 2174 carreras anotadas, 2297 impulsadas, 3771 imparables (1447 de extra bases) incluyendo 755 jonrones. Durante 25 temporadas fue elevado al Equipo Todos Estrellas de sus ligas.
En el 1982 fue elegido al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown, Nueva York, con una aceptación de parte de los votantes de 97.83%.
Conozco a Hank Aaron hace ya unos 45 calendarios e inclusive temprano en los 1980 conduje, en dos visitas que hizo a Puerto Rico, cuatro clínicas de béisbol en Bayamón y Caguas. Las mismas fueron a beneficio de los «Boy Scouts de Puerto Rico» y el Ejército Norteamericano. Además, antes y después de su retiro compartí con él en varios estadios en las Mayores y por última vez allá para el 1998, como relacionista público de los Texas Rangers en la ciudad de Arlington.
El bateador y tirador derecho de unos 6 pies de estatura y 180 libras de peso fue un natural a la ofensiva. Sus jonrones más bien eran de líneas y no necesariamente kilométricos.
Cenando una noche en el Hotel Caribe Hilton con su esposa Byllie Suber Williams y el buen amigo Lcdo.Tom Haydon, me comentó. «Es mi responsabilidad hablar con la prensa, pero me siento más cómodo hablando con periodistas que conozco pues van ser justos conmigo y no me harán mal.»
Su rostro es la de un hombre solemne y su voz es más bien de tono bajo. Recuerda su temporada con los Criollos de Caguas (1953-1954) cuando teniendo dificultades jugando segunda base el dirigente, Mickey Owen, lo puso a jugar en el jardín derecho.
En otra ocasión, nos comentó, «Fue placentero jugar allá, más cuando uno que es como un hermano, Félix Mantilla, fue miembro de equipo.» Mantilla, por su parte, siempre, siempre habla muy encomiablemente de Hank.
«Si no me equivoco fui el jugador más destacado en el Juego de Estrellas esa temporada y definitivamente fue muy importante para mi carrera jugar allá. No olvido…mi hija, Gayle, nació en Puerto Rico,» concluyó.
Con Caguas, esa temporada, bateó .312, con 9 jonrones y 42 carreras impulsadas. Para más información de sus estadísticas puede usted entrar en el Internet a la página del respetado colega, Jorge Colón Delgado, Historiador Oficial de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico-Roberto Clemente (https://beisbol101.com/hank-aaron/).
De Hank me percaté, al pasar el tiempo, que más bien es callado y como que deja que pasen las cosas a sus alrededores sin hacer expresiones. Para mí es un ser humano muy relajado emocionalmente.
Recientemente explotó un «robo de comunicaciones entre lanzadores y receptores» en las Grandes Ligas con raíces muy Boricuas tanto con los Astros de Houston y los Medias Rojas de Boston. A tales efectos, el Comisionado Rob Manfred manifestó hace dos días que esta próxima semana se darán a conocer los resultados de la investigación relacionada con el equipo de Boston.
A tales efectos, Hank manifestó públicamente al colega-amigo de un cuarto de siglo, Tom Verducci, más o menos, «Durante mis días como pelotero existía el robo visual del lenguaje corporal de los lanzadores. Eso es algo natural. Eso era parte natural del juego.»
Sin embargo, sobre el robo ya prohibido con artefactos electrónicos, pantallas de televisión y binoculares, etc.—prohibidos tras advertencia del propio Manfred allá desde el 2017, comentó Hank, «Todo aquel declarado culpable debe ser suspendido por vida de las Grandes Ligas.»
Sobre la utilización de esteroides por parte de peloteros ha manifestado, «Puedo estar en tarima con peloteros que utilizaron esteroides…siempre y cuando en sus placas en el Salón de la Fama se incluya un asterisco indicativo que ese pelotero los utilizó».
«La habilidad de batear…de jugar buen béisbol…para mí no la defino a base de una inyección.»
O sea, hay peloteros extraordinarios que antes de ser acusados de utilizar esteroides ya tenían una productividad en el terreno de juego que los destinaban con seguridad a la exaltación a la Casa de los Inmortales.»
Respeto las opiniones de Hank Aaron sobre cualquier tema, máxime cuando de béisbol se trata. Con sus 86 calendarios de vida tiene derecho en un sistema democrático de expresarlas.
Y sobre el tema del racismo que tantas veces ha confrontado en su vida, dijo hace algún tiempo, «Me crie con esa realidad ante mi persona…pero siempre me dedique a hacer mi trabajo, ha ser honesto y producir como hombre de bien».
«Ahora, allá para 1973-1974 cuando me acercaba para superar el record de jonrones de Babe Ruth (714) me sentí amenazado, me sentí insultado…pero seguí haciendo lo mío. Fue entonces que verdaderamente me di cuenta y acepte que la humanidad es así.»
Luego de su retiro, más bien, se ha mantenido activo en alguna capacidad u otra con los Bravos de Atlanta y más que antes, en unión a su esposa…la intelectual educadora, personalidad de televisión, Byllie Suber Williams, han estados envueltos en diferentes entidades pro-mejoría de la humanidad.
En el 2002, el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, le honro con la «Medalla Presidencial de la Libertad» y en el 2016, el Emperador de Japón, Akihito, le honró con la «Orden del Sol Naciente».
La última vez que vi a Hank Aaron fue aquí en Arlington, Texas. Luego de hablar por un rato tuvo un acto para con este servidor que jamás olvido. Me regalo un bate autografiado que en el presente, sin yo ser coleccionista, significa un mundo para mí.
Hank Aaron, como dije ya, con 86 calendarios de vida…en unión a su esposa, reside en la periferia de Atlanta, Georgia. Sigue siendo un hombre noble…pero su fama es mundial en el deporte beisbolero.
(FOTOS)—-En una clínica de béisbol vemos al coordinador de la misma, Luis Rodríguez-Mayoral, escuchando palabras de Hank Aaron, antes de traducirlas a los participantes presentes en el Estadio Juan Ramón Loubriel de Bayamón en el 1981. A la derecha los amigos Luis y Hank se saludan en el Comiskey Park de Chicago en el verano del 1976. En el centro vemos al inmortal beisbolero, Víctor Pellot Power.