Recordando a Thurman Munson con los Senadores de San Juan

Este pasado 2 de agosto se cumplieron 40 años de la muerte trágica del estelar receptor de los Yankees de Nueva York, Thurman Munson, cuando pilotaba su avión Cesna Citation de dos motores jet mientras practicaba el aterrizaje en el Aeropuerto de Akron–Canton, Cleveland. 

Seleccionado en junio de 1968, en el primer turno de la cuarta ronda por los Yankees, Munson quería ver acción en el béisbol invernal pues venía de servir en la Reserva del Ejército durante cuatro meses de 1969 y deseaba recobrar el tiempo perdido. Ese primer año vio acción desde agosto a octubre y en 26 partidos bateó .256.

Los afortunados fueron los Senadores de San Juan.   Bajo la dirección de uno de los mejores refuerzos de San Juan en la década de los cincuenta, Ellis «Cot» Deal, y Pedrín Zorrilla de Gerente General, los capitolinos formaron un gran equipo integrado por Roberto Clemente, José Luis Calero, Syd O’Brien, José «Coco» Laboy, Luis Alvarado, Lee May, José Cardenal, Polilla Ortiz, Tom McCraw, Francisco Librán, José Manuel Morales, Mako Oliveras, Samuel Parrilla, Joe Lahoud, Willie Crawford y Miguel Santos.  El cuerpo monticular estuvo compuesto por Palillo Santiago, Miguel Cuellar, Bill Burbach, Rich Roberston, Bill Landis, Ramón Jusino, Ricardo Delgado, James Gilliam, Emiliano Rivera y Steve Shea.

Palillo Santiago recuerda que en la primera práctica de los Senadores, Cot Deal le dijo:  «José, vamos a tener un receptor que te va a gustar mucho.  Yo le pregunté: quien es y me contestó, Thurman Munson».  Le dije que era muy bueno.

Santiago, quien militaba con los Medias Rojas de Boston, ya había visto a Munson en acción en varios partidos en las Grandes Ligas. «Es difícil conocer a un jugador en una o dos series, pero lo que vi de él, fue tremendo, excepcional, buen brazo, buen bateador que ocasionalmente tenía fuerza, bateaba para el lado contrario, me causó muy buena impresión». 

Enseguida hubo química entre Santiago y Munson.  «Era inteligente llevando el juego.  Pedía muy buenos lanzamientos, rara vez le decía que no.  Era bien fajón.  No vino a Puerto Rico de vacaciones.  Como persona fue un extraordinario ser humano. La verdad que nosotros tuvimos suerte en los Senadores porque hasta ese momento habíamos tenidos cuatro extraordinarios receptores: Joe Montalvo, Jerry McNertney, Johnny Bench y Munson».

Munson tuvo una gran temporada al llegar sub campeón bate con .333, superado por Félix Millán, quien ganó su segundo título de bateo consecutivo (.345).  Además, llegó cuarto en hits (76) y primero en triples con 3, uniéndose al receptor Quincy Trouppe quien conectó diez triples en 1941-42 jugando para los Brujos de Guayama, como los únicos dos en esa posición el ser líder en ese renglón.  Los Senadores llegaron quinto en la Serie Regular con marca de 33-35.

Thurman Munson*

Vamos a la impresión de una fanática Senadora sobre Munson.  Ivonne Avilés, admiradora de la novena capitalina,  lo recuerda bien, pues iba a todas las prácticas del equipo y se quedaba para el juego.  «Munson no era muy comunicativo.  Las veces que traté de hablar de béisbol con él, no logré mucho.  Yo lo observaba como se comportaba en las prácticas y en el juego y te puedo decir que era un ‘joseador’.  Jugaba bien fuerte y con mucha pasión.  Recuerdo que una noche, a los ocho, que era cuando comenzaban los juegos, el árbitro cantó «playball» y el equipo de San Juan tardó un poco en salir al terreno.  Munson se encontraba entre el borde de dugout y el terreno y vi como le decía a sus compañeros repetidamente «come on, lets play».  Tenía esa desesperación por salir al terreno de juego.  Recuerdo también que daba hits oportunos y era bien rápido para ser receptor.  Era muy emocionante verlo jugar, por la pasión, la dedicación y lo fuerte que jugaba. Estaba bien enfocado en el béisbol».

En la temporada de 1970, con los Yankees de Nueva York, Munson bateó .302, 6 jonrones y 53 carreras empujadas, suficientes para ser seleccionado Novato del Año, imitando de paso a Johnny Bench quien jugó con los Senadores en 1967-68 y fue Novato del Año en 1968.

En su autobiografía Munson contó que un día Roberto Clemente lo estaba observando en la práctica de bateo y le dijo: «Si bateas en las Grandes Ligas menos de .280, considéralo una temporada mala para ti». Clemente fue profético.  En ocho de sus próximas diez temporadas en las Grandes Ligas, Munson bateó al menos .280.

Desde hace unos años existe una campaña para que lo exalten al Salón de la Fama pero entiendo que se quedó corto con 1,558 imparables, 113 jonrones y 731 carreras empujadas.  Pero en el tiempo que jugó, once años, fue uno de los mejores receptores de su época.  

*Foto tomada por Ivonne Avilés.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Este contenido está protegido
Scroll al inicio