Todos los caminos…

Foto atribuida a Hunter Martin publicada por el Washington Post en el portal electrónico : https://www.washingtonpost.com/sports/2019/07/18/baseball-card-collectors-suspected-rampant-fraud-their-hobby-now-fbi-is-investigating/

Una de las preguntas más comunes dentro de los círculos de coleccionistas es cuál es la mejor forma de coleccionar las tarjetas o cartas de béisbol.  La realidad es que no existe una forma correcta o incorrecta de así hacerlo. En principio algunos coleccionistas prefieren coleccionar por conjunto (sets), equipos, por sus jugadores preferidos y por cartas especiales (inserts) entre las que se encuentran barajitas numeradas, firmadas, certificadas (grades), de novato, por nacionalidad o con memorabilia.  Ello dependerá de las preferencias, intereses y el presupuesto destinado por los coleccionistas.  En honor a la verdad, debemos resaltar que el pasatiempo del coleccionismo ha evolucionado sustancialmente en los pasados treinta (30) años.  En dicho periodo, las principales compañías manufactureras de tarjetas han llamado la atención de una nueva grey de coleccionistas a través de la introducción de innovadores diseños, marcas y productos que han colmado sus expectativas a la vez que han provocado cambios esenciales en cuanto a la valoración de las tarjetas de béisbol.  El vertiginoso ascenso en el valor de las tarjetas de béisbol ha provocado que prestigiosas publicaciones y revistas enfocadas en temas económicos vuelquen su atención hacia este mercado.  Un ejemplo de ello es la prestigiosa revista Forbes, la cual ha establecido una sección en la cual periódicamente le toma el pulso del mercado de las tarjetas de béisbol.  A propósito, esta revista recientemente publicó un artículo en el cual se estimó que el mercado de memorabilia deportiva aportaba la friolera de 5.4 billones de dólares a la economía estadounidense.[1]  El reportaje incluye las transacciones hechas en el portal de venta electrónica eBay, algunas de las principales casas de subastas en los Estados Unidos y otros vendedores misceláneos.  Por otro lado, el estudio excluyó el mercado de tarjetas de béisbol al por mayor, razón por la cual quedaron fuera las ganancias de las compañías manufactureras, las tiendas por departamento, el mercado internacional y las ventas realizadas entre coleccionistas popularmente conocidas como ventas cara a cara.[2]  Es menester recordar, que la causal para la exclusión de las tarjetas de béisbol al por mayor fue debido a la volatilidad de su valor en el mercado.  Sin embargo, el estudio tomó en cuenta el valor de aquellas tarjetas de alto valor económico que debido a su escasez y la forma en que se venden en el mercado no presentan un alto grado de volatilidad.[3]  La importancia de dicho estudio redunda en dos aspectos fundamentales.  En primer lugar, sus resultados permiten establecer el tamaño del mercado de la memorabilia en la economía de los Estados Unidos.  En segundo lugar, el estudio destaca la relevancia del mercado de memorabilia deportiva dentro de la economía estadounidense, ya que el mismo es publicado en una revista especializada y respetada dentro del sector económico y financiero a nivel mundial. 

Juan González Tarjeta Upper Deck de 1993.
Foto Colección Personal

A raíz de los cambios provocados por las empresas manufactureras de tarjetas de béisbol, han proliferado estudios demuestran cambios esenciales en los hábitos de los coleccionistas con relación a la adquisición de sus piezas u objetos de colección.  En un estudio realizado por los profesores Joseph, Engelberg, Linh, Le y Jared Williams, se señaló que el comportamiento de los coleccionistas de béisbol era similar al de los accionistas en la bolsa de valores.[4]  En síntesis, el estudio nos legó tres conclusiones que nos ayudan a explicar el comportamiento mostrado tanto por los coleccionistas, como por los accionistas en sus respectivos mercados.  En primer lugar, se reconoce la marcada diferencia en el grado de sofisticación existente entre el mercado de valores y el mercado de tarjetas de béisbol.  Se establece que en el mercado de valores es uno altamente regulado por el gobierno federal y los requerimientos de capacitación que deben tener los actores que invierten en la bolsa.  A su vez, se destaca que originalmente el mercado de tarjetas estaba enfocado en atraer a fanáticos jóvenes.  Con relación a dicho aspecto vale la pena recordar, dicha brecha o diferencia se ha venido atenuando ya que recientemente se han ido incorporando en el mercado de tarjetas una fuerte influencia de inversionistas profesionales que han encontrado una ventana de oportunidad en el mercado de tarjetas como medio de inversión.[5]  En segundo lugar, se reconoce una relación conductual entre las expectativas de los coleccionistas y la actuación individual del jugador.  Dicho de otro modo, la correlación existente es un nexo en donde a mejor rendimiento que presente el jugador, es mayor la propensión de los coleccionista a comprar tarjetas de este.  Mientras que a menor rendimiento que presente el jugador; menor es el interés de los coleccionistas en adquirir tarjetas o cartas de determinado jugador.  Esta relación es la que se denomina como “momentum”.[6]  En tercer lugar, se destaca el impacto que suelen tener las externalidades del mercado sobre el ánimo de los coleccionistas al momento de decidir qué piezas o tarjetas van a adquirir.  Sobre este particular el estudio permite sobre entender que se destacan los siguientes aspectos: 1) las impresiones que puedan tener los coleccionistas sobre el valor de retorno de su inversión; 2) la percepción de abundancia o escasez de las tarjetas; 3) la información que se difunda con relación a la existencia de tarjetas especiales o paralelas; 4) la información que pueda surgir con relación a la vida personal del jugador; 5) la posibilidad de que el jugador pueda ser cambiado; 6) noticias con relación a su equipo o noticias relacionadas sobre el curso de la temporada. [7]  Todo ello es lo que el estudio llega a llamar como anormalidades del mercado.  Estas últimas impresiones de los coleccionistas son de carácter subjetiva, por lo cual no dependen de hechos concretos, sino que basta con la mera percepción sobre el impacto futuro de algún suceso o evento para inclinar la intención de coleccionista de adquirir o no determinada tarjeta o carta de un jugador. 

Al analizar este estudio nos percatamos que una de sus grandes limitaciones se debe a que sus resultados consideraron solamente una muestra de tarjetas producidas entre los años de 1948 al 1996.  Esta situación es de particular significación, ya que no toma en consideración la alta volatilidad de las tarjetas de béisbol en años recientes debido que las compañías manufactureras de tarjetas han insistido en producir: 1) variaciones especiales de sus tarjetas; 2) tarjetas paralelas; 3) tarjetas especiales o “inserts”; 4) tarjetas “subset” dentro de los conjuntos o “sets” regulares.[8]  Quizás uno de los aspectos que menos la literatura ha reseñado es si en esencia podemos hablar de la existencia de grupos o tipología en la cual podamos clasificar a los coleccionistas.  No obstante, una de las aportaciones más importantes del referido estudio es que nos provee información relevante que va delineando los contornos en los hábitos de consumo de los coleccionistas a través de una serie de tendencias. La importancia de las tendencias en el comportamiento de los coleccionistas a través de las tendencias mostradas en el estudio nos permite establecer al menos cuatro (4) grupos o tipologías de coleccionistas.  Estos grupos o tipos de coleccionistas son:

  1. Los coleccionistas tradicionales– Estos coleccionistas los podríamos catalogar como los “hardcore” del pasatiempo.  Estos tienden a mantener una afición por los conjuntos o “sets” de tarjetas.  Estos suelen comprar conjuntos o “sets” por marca, cartas especiales o “inserts”, tarjetas paralelas o por equipos.  Otras de las modalidades en que este grupo de coleccionistas suelen comprar sus tarjetas es por un determinado jugador o por nacionalidad.
  2. Los coleccionistas nostálgicos– Este segundo grupo de coleccionistas suelen ser los rescatadores de las memorias del béisbol o los historiadores por afición.  En otras palabras, suelen desarrollar un vínculo sentimental respecto a sus piezas de colección.  Ello se debe en ocasiones a que muchas veces adquieren sus piezas de colección por alguna forma de regalo o legado de algún familiar.  En otras ocasiones se adquieren cartas o tarjetas de momentos inolvidables a nivel personal del coleccionista o de sus allegados. Mientras que en otras simplemente se busca rememorar algún periodo histórico o recordar eventos importantes del béisbol.
  3. Los coleccionistas ocasionales– Este grupo podríamos catalogarlo como coleccionistas de moda.  Estos mayormente suelen comprar por impulso por el equipo del momento o el jugador más popular de la temporada o sencillamente por presión de grupo.  Este grupo de coleccionista regularmente no tienen colecciones grandes y no muestran gran interés por conocer más información sobre ella.
  4. Los coleccionistas inversores o inversionistas– Este grupo es uno bastante sofisticado en la forma en que adquieren sus tarjetas y piezas de colección.  Este grupo tiende a manifestar desde el principio su interés en capitalizar su colección.  Por lo general, compran sus piezas de colección en grandes cantidades y a bajo precio.  Además, este grupo logra altos dividendos al enviar las piezas de colección a certificar esperando un número alto para poder venderlas.  Un grupo derivado de este es conocido como los especuladores. Estos mayormente adquieren productos de gran valor (numeradas bien bajitas ej. 1/1) o compran o productos noveles o acaparan el mercado de barajitas de novatos con el fin de obtener dividendos futuros.

Los grupos de coleccionistas antes mencionados surgen como una derivación lógica basada en el estudio antes mencionado.  Además, se tomó en consideración las observaciones que he realizado a través de los años en diversas instancias que incluyen: 1) tiendas de venta de tarjetas; 2) las redes sociales; 3) portales de venta y cambios de tarjetas; 4) conversaciones con otros coleccionistas y paginas especializadas y blogs de coleccionismo en los Estados Unidos.  Ciertamente las categorías de coleccionistas no son puras.  En muchas ocasiones un coleccionista puede comenzar siendo uno ocasional o de moda y convertirse en uno tradicional.  Por otro lado, puede un coleccionista ser uno tradicional y convertirse en un inversionista y así puede haber coleccionistas que manifiesten características o patrones de consumo de más de un grupo.  La divergencia en cuanto a las motivaciones y medios para adquirir las tarjetas o memorabilia nos demuestra que no existe una forma correcta o incorrecta de coleccionar.  La sabiduría popular entrañada en el refrán popular “Todos los caminos conducen a Roma”, nos ilustra con relación al mundo de los coleccionistas que existe más de un medio o incentivo para adquirir nuestras piezas de colección y que las manifestaciones de los distintos hábitos de consumo nos llevan a disfrutar de la grandeza del coleccionismo de tarjetas. 

Hasta la próxima

PD: Deseamos agradecer a nuestros lectores por su patrocinio y apoyo de siempre.  Les reiteramos que son ustedes los que nos motivan a continuar con el esfuerzo de educarnos y redactar para nuestro beneficio como comunidad de coleccionistas.  Les reiteramos que estamos a la disposición de recibir comentarios, observaciones o sugerencias respecto a los temas tratados en esta columna. 


[1] David Seideman.  Tech Entrepreneur Determines First Estimate of U.S. Sports Memorabilia Market: $5.4 Billion”.  Publicado por la Revista Forbes el 19 de septiembre de 2018 en el portal electrónico:  https://www.forbes.com/sites/davidseideman/2018/09/19/tech-entrepreneur-determines-first-true-estimate-of-sports-memorabilia-market-5-4-billion/#849d1c852e8b

[2] Id.

[3] El artículo deja entrever, por ejemplo, que aquellas tarjetas que por su antigüedad no existen muchas en circulación como por ejemplo la famosa T-206 de Honus Wagner.  Estas tarjetas por lo general son vendidas a través de casas de subastas o tiendas especializadas en la venta de memorabilia.

[4] James Saft Reuters.  “Momentum, greed and baseball cards”.  Publicado por St. Louis Post Dispatch el 23 de julio de 2016 en el portal electrónico: https://www.stltoday.com/business/local/momentum-greed-and-baseball-cards/article_c80a2e2b-a987-5f51-a8fa-3a9919cffba1.html

[5] Recientemente en las redes sociales y en diversos medios electrónicos hemos notado la intervención de importantes personalidades del mundo de las inversiones y las finanzas como Gary Vee, Geoff Wilson, entre otros han incursionado en el inversionismo de las tarjetas de béisbol. 

[6] Joseph, Engelberg, Linh, Le y Jared Williams.  “Stock Market Anomalies and Baseball Cards”. Obtenido del portal electrónico:  https://ssrn.com/abstract=2798951. págs. 3-4

[7] Id. págs.13-15.

[8] Para profundizar en dichos temas pueden acceder a nuestras columnas previas: “Las variaciones en las Tarjetas o Cartas de Béisbol”  Se puede obtener en el portal electrónico: https://beisbol101.com/2020/01/las-variaciones-en-las-tarjetas-o-cartas-de-beisbol/  “Las tarjetas o cartas paralelas”. Se puede obtener en el portal electrónico: https://beisbol101.com/2020/01/las-tarjetas-o-cartas-paralelas/ “Las Tarjetas Especiales en el mercado de tarjetas de béisbol: partes I y II”.  Se puede obtener en los portales electrónicos:   https://beisbol101.com/2020/01/las-tarjetas-especiales-en-el-mercado-de-las-tarjetas-de-beisbol-parte-1/  y https://beisbol101.com/2020/01/las-tarjetas-especiales-en-el-mercado-de-las-tarjetas-de-beisbol-parte-ii/

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